La vida de los otros: espionaje, privacidad y democracia.

AutorSegura,
CargoPODER Y SOCIEDAD

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Estamos siendo observados, monitoreados, espiados. La fantasía del Gran Hermano es cada día más real en nuestra vida Ilena de celulares, correos electrónicos, faxes y comunicaciones en tiempo real. Nunca como antes los seres humanos hemos tenido tantas oportunidades para comunicamos como en la actualidad, sin embargo las posibilidades de un mundo sin privacidad parecen cada vez más cercanas.

Lo que para muchos es paranoia y exageración, para otros es realidad, nada más notemos que la primera decisión que tomó el nuevo presidente electo Barack Obama al asumir el poder fue negarse a que le quiten su adorado blackberry. Aparentemente una simple anécdota, lo cierto es que la amenaza de ser "chuponeado" es para todos, incluso para el líder de la primera potencia del planeta.

El espionaje es más común de lo que creemos y, por lo visto, es un fenómeno global muy vigente. La última trama de este tema se dio recientemente en España desde el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, controlados por el Partido Popular, donde aparentemente existía hasta hace poco una red de vigilancia que paradójicamente se dirigía a las figuras importantes del propio partido.

Otro ejemplo de interceptación, pero esta vez masiva, provino del mundo empresarial italiano el año pasado: la famosa empresa de comunicaciones Telecom creó una red de espionaje telefónico que involucró a detectives privados, hackers, policías corruptos y miembros de la propia empresa. El destape periodístico descubrió que esta compañía intervino las comunicaciones de por lo menos 6 mil personas e invirtió 40 millones de euros para reunir información personal de funcionarios públicos, empresarios y hasta de figuras del fútbol profesional italiano.

El afán por saberlo todo es ya un componente de la cultura política contemporánea, y se comienza a extender a los ciudadanos comunes. Los riesgos son varios e incluyen el hecho de que esto sea parte del paisaje cotidiano y que la privacidad sea cosa del pasado cuando un fin superior lo exige.

DE WATERGATE AL SISTEMA ECHELON

Quizá el caso más conocido de espionaje político sea el de Watergate, que marcó a la sociedad estadounidense, provocó la caída en desgracia del presidente Richard Nixon y de paso terminó por sepultar la imagen sagrada que hasta entonces tenía el pueblo norteamericano de la figura presidencial.

El escándalo descubierto por Bob Woodward y Carl Bernstain, del Washington Post, reveló que había una red de interceptación telefónica contra el Partido Demócrata, y que el presidente tenía conocimiento expreso de ello. Ahora parece algo muy común, pero en la década de 1970 fue un escándalo que remeció el sistema político de los Estados Unidos.

Este no fue un caso aislado sino parte de una tendencia seguida desde inicios de la Guerra Fría, en la que el espionaje tuvo su momento cumbre cuando los servicios de inteligencia como la CIA buscaban perfeccionar su capacidad de obtener información privilegiada en una era caracterizada por la paranoia.

En ese instante las intervenciones a la "gente común" empezaban a ser la moneda corriente. Eran tiempos en los que todos eran sospechosos y el proteger al mundo de...

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