Vengar el polvo

Por Escribe: Jorge EslavaFicha del libro ?LAS ESTACIONES DE SOL? (ALFAGUARA infantil) Sol es una intrépida niña que vive con sus abuelos. Ella atraviesa increíbles aventuras, siempre guiada por su gran curiosidad y viaja a lugares asombrosos, donde tendrá que enfrentarte a pulpos gigantes, manejar una bicicleta muy singular y hablar con esqueletos espeluznantes. Es verdad que Alí apenas pudo encender la tea olímpica (1996) a causa del Parkinson, culpa de tanta gloria en el ring. Pero Marlon Brando le debe a un recto contundente a su nariz, el encanto viril que faltaba en su rostro. Y Mickey Rourke, el bello en ?Nueve semanas y media?, cumplió sobre la lona uno de sus sueños: volverse feo, porque maldito ya lo había sido en los sets.Quién no recuerda fulminantes cross, raudas combinaciones de izquierda y derecha que terminaban por conquistar a una lady, siempre retrechera y disforzada. Charlot tuvo que vérselas con un mastodonte de cejas profanas, Popeye siempre con Brutus, Tarzán con algún gorila alunado por Jane. Liarse a golpes ha sido, en la pantalla, un caramelo para actores como Paul Newman, Stallone o Bruce Willis. Sin olvidar, por supuesto, el gran film de los ochenta: ?Toro salvaje?, con un soberbio De Niro. En las bellas letras también el box ha metido sus buenos upper cuts: Conan Doyle, Bernard Shaw, Jack London han escrito con pasión y sapiencia, pero sin arriesgar el mentón. Claro que ha habido también quienes han militado ?ora la pluma, ora el guante? como el buscapleitos Norman Mailer o Hemingway, quien además se dio el lujo de instruir a James Joyce en unas combinaciones de jabs y ganchos al hígado. Bastante más chusco, con estilo suburbano y una estela de knock-outs en su haber está nuestro bienmagullado Bukowski. Pues desde hace treinta y cinco años voy conociendo estas historias. Y anduve, de a pocos, metiéndome en el deporte de los puños. Tal vez mis recuerdos más antiguos provengan del programa ?Cabalgata Deportiva Gillette?, que veíamos con mi padre en un televisor en byamp;amp;n, cautivados por la voz...

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