A veces, una gota de colusión puede ser algo muy bueno

Estaba de viaje en el extranjero la semana pasada. La compañía de alquiler de autos me citó un precio bajo, solo para revelar en la recepción que los gastos adicionales obligatorios habían añadido un 60%. Mi irritación creció en el hotel del aeropuerto. Su transporte gratis me llevo rápidamente de la terminal a la recepción. Solo entonces me reveló el hotel que habría un sobrecargo por tomar el transporte de vuelta al aeropuerto.El asistente de la compañía de alquiler de autos, de manera genuinamente servicial, me dejó saber que el vehículo se podría conseguir a mejor precio en la recepción de la competencia de su compañía. Pero la compañía sabe que poca gente que llega tarde al aeropuerto tiene el ánimo para comparar precios. Por eso las reservaciones en línea ?donde hay comparaciones fáciles y competencia vigorosa? llevan precios típicamente más bajos que en el sitio. Similarmente, el hotel sabe que pocas personas, por enojadas que estén, regresarán a pie a la terminal cargando con su equipaje.Todo esto sucedió antes de que la compañía de alquiler de autos tratara de añadir un seguro de precio ridículamente alto. Y antes de que el hotel cobrara ?20 por un café y un croissant por la mañana. Los viajantes siempre se han resignado a ser estafados. Se paga una prima por comprar cosas en un ambiente desconocido que uno probablemente no volverá a visitar.Pero el problema ?que se me ocurre describir como pequeño fraude? ya no es solo la experiencia de los que están de paso. La mayoría de las compañías de seguro ahora penalizan en vez de recompensar la lealtad. Les cobran más a los clientes existentes que a los nuevos. Las impresoras son baratas pero los insumos son extremadamente caros. Ensamblar un auto con piezas compradas individualmente costaría muchas veces el precio del vehículo entero.La vida moderna trae consigo productos complejos y multidimensionales. Es quizás inevitable que las estructuras de precio parezcan similarmente complejas y multidimensionales. El consumidor no tiene ni la capacidad ni el tiempo para prestarle atención al detalle de esas tarifas. El productor tiene toda clase de incentivo para hacerlo. El resultado es que los consumidores terminan pagando más de lo esperado o pensado.La profusa disponibilidad de la información en línea puede haber empeorado el problema. Los negocios tratan de lograr la más alta clasificación en un sitio de comparación. Así es como yo escogí la compañía de alquiler de autos y el asistente en...

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