La vacancia de Villarán

Por Pedro Ortiz Bisso. PeriodistaUn error mayúsculo. Eso es lo que cometerían los regidores metropolitanos si este 25 de marzo decidiesen votar a favor de la vacancia de la alcaldesa Susana Villarán. Decir esto en Lima, donde apenas el 13% de sus ciudadanos aprueba su gestión según la última encuesta de Datum, resulta casi suicida, pero es lo correcto. No se puede sacar de su cargo a una autoridad por un asunto menor como el caso de los préstamos de la caja metropolitana, sobre el cual tanto la Superintendencia de Banca y Seguros como el decano del Colegio de Abogados de Lima consideran que no existe ningún ilícito. ¿Hay un problema ético, entonces? Desde mi punto de vista, sí, pero esto también es discutible. Sea lo que fuere, no es una falta que amerite su salida.No es fácil defender a Villarán. Aunque tiene algunas obras e iniciativas que en otro candidato serían causal de reelección (como los contratos de inversión en infraestructura vial y su impulso a la reforma del transporte), su gestión es un océano de errores y promesas incumplidas. Su escasa muñeca política es solo comparable a la de Lourdes Flores y su facilidad para torcer su propia palabra sorprende hasta a sus adversarios, como ocurrió con la reciente contratación de cuatro regidores revocados.Sin embargo, hacer caso a este pedido de vacancia significaría dar un espaldarazo a quienes desean que la ciudad siga hundida en el caos. La solicitud ha sido presentada nada menos que por los usurpadores de La Parada, con quienes la comuna mantiene una enconada disputa hace varios meses. Aunque tardío, este último intento del concejo metropolitano de recuperar para la ciudad un espacio secuestrado...

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