Expansion urbana y comunidades campesinas: una entrevista a Erick Romero Mallqui.

AutorRiofr
CargoLIMA, HORA CERO - Entrevista

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

La ciudad de Lima está rodeada de terrenos de propiedad de comunidades campesinas. La situación actual es muy compleja. Las autoridades urbanas no conocen experiencias importantes como la de México. Abundan quienes sostienen que las comunidades deben parcelarse y, por tanto, desaparecer. ¿Cómo se puede urbanizar respetando la institución comunal peruana? En esta entrevista, una primera mirada a esta realidad.

¿Qué parte de las áreas de crecimiento de Lima pertenecen a comunidades campesinas?

Básicamente el sur y el este. En el norte tenemos a la comunidad de Jicamarca, que tiene parte de Carabayllo, parte de Comas y casi todo Independencia; tiene parte de San Juan de Lurigancho, que ya es el este, y Ate. Allí se junta con la comunidad de Collanac, que toma parte de Ate y de La Molina hasta Cieneguilla más o menos. De allí, por el sur, Cucuya toma parte de Pachacámac y Lurín; todo lo que es Atocongo, hacia el fondo. Luego está la comunidad de Chilca. Entonces, de norte a sur tenemos Jicamarca, Collanac, Cucuya y Chilca. Cualquier expansión hacia el este de la ciudad encontrará que hay un reclamo de una propiedad inscrita de una comunidad. Y eso que no estamos mencionando a Llanavilla, que es tema aparte. Reclama para sí derechos de propiedad hasta el litoral. Tiene para sí Villa El Salvador; tiene parcelas inscritas a su favor en la quebrada de Manchay, que ha transferido a otra comunidad campesina que se llama Santa Rosa de Manchay.

Hacia el norte mencionas parte de Comas y Carabayllo. ¿Y más allá?

En el norte no hay comunidad campesina. Por lo menos no la hay reconocida ni inscrita en los registros públicos. En todo el lado norte, por Piedras Gordas, es la gran propiedad del Ministerio de Defensa.

Entonces, lo que queda para ocupar y también los cerros inhabitables son propiedad de comunidades, excepto hacia el norte de Lima. ¿Qué problemas trae el movimiento de expansión de la ciudad enfrentado a este régimen de comunidades con propiedades inscritas?

Incorporar estas áreas al proceso de expansión urbana tiene dos momentos. Uno es el de la planificación. Las municipalidades, con su autonomía y todas sus competencias, van a hacer planeamiento, y lo han hecho. Todos los distritos mencionados tienen planeamiento urbano, zonificación y tienen proyectadas vías incluso dentro de propiedades comunales. San Juan de Lurigancho tiene un plan de desarrollo y una zonificación, aprobada hace años, que está sobrepuesta a la propiedad de la comunidad de Jicamarca. Eso no altera a nadie, tampoco la comunidad se ha opuesto. Es más, aprovechan esto para empezar sus ventas ...

Porque eso valoriza sus terrenos ...

Sí, pero tampoco es que ellas manejen ese mecanismo, ese movimiento inmobiliario. Muchas veces son las dirigencias paralelas o grupos que se forman aparte de la comunidad, que invaden y luego buscan contacto con ellas para legitimar su posesión. El otro momento tiene que ver con la ejecución de obra pública o proyectos habitacionales. Para materializarlos, se necesita que esos terrenos sean declarados de libre disponibilidad e incorporados al dominio del Estado. Allí es donde entra a tallar la Superintendencia de Bienes Nacionales. Las municipalidades y los gobiernos regionales, de acuerdo a sus leyes orgánicas, también tienen posibilidades para ello. Entonces es a través de la expropiación que el Estado puede hacerse de esos terrenos. Obviamente también podrían...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR