El últimovuelodel ?Tucán?

Por Luisbedoya reyes

Por un siglo ha estado ahí, en dictadura, en democracia y en las transiciones en las que se debate el Perú, aunque esta que vivimos, caramba, acabará después que él. Jamás fue golpista, ni tiró la toalla ni pateó el tablero mandándonos a rodar con algún peruanismo o ?bedoyismo? de su entera cosecha. Su verbo fue encendido, firme pero nunca autoritario, más bien con un estilo bufo zanjó polémicas y urdió alianzas políticas sólidas.El humor es quizá lo que más le extrañeremos. Lo usó para afirmar su carisma aun cuando la intención de voto dejó de sonreírle al tentar la presidencia en 1980 tras capitanear Lima; y para zanjar con sus rivales. Un hito de la pelea retórica nacional fue su polémica televisada en vivo en 1977 con Héctor Cornejo Chávez, fundador del Partido Demócrata Cristiano, del que luego se escindió el PPC. Tenían muchas cuentas que ajustar y lo hicieron de la forma más democrática e incruenta: con réplicas y dúplicas. Si en 1966, el propio Luis protagonizó contra Jorge Grieve, el principal rival ante su afán de reelegirse como alcalde de Lima, el primer debate televisado en el Perú; 10 años más tarde nos regaló junto a Cornejo Chávez, lo más cercano que habíamos tenido, en expectativa y fuego cruzado, a un debate presidencial.Pero antes que polemista, fue hombre de alianzas. Su presencia referencial ?en los últimos años ya casi reverencial? podía servir para invocar conciliaciones a algunas crisis. Luis Bedoya Reyes era el árbol al que muchos políticos se arrimaban para pedir consejo. Era casi una tradición de las últimas décadas que presidentes y primeros ministros lo consultaran, aunque él no haya sido ni lo uno ni lo otro. Pedro Cateriano fue el último en visitarlo, pero ya poco podía susurrarle el político centenario.?Zanjón literal?Nos acostumbramos a celebrar el don de mando de Bedoya aunque en el Ejecutivo solo fue fugaz ministro de Justicia del primer gobierno de Fernando Belaunde (de julio a setiembre de 1963) e histórico alcalde de Lima (de 1964 a 1966 y de 1967 a 1969). Lo de histórico en la vid metropolitana no es solo por la huella de orden y obras que dejó ?el zanjón o Vía Expresa del Paseo de la República es una profunda huella literal?, sino porque, además, fue la primera autoridad elegida por sufragio universal en la capital, bajo el régimen de plena democracia municipal que instauró Belaunde.En realidad, el liderazgo no le venía de su paso por la alcaldía, sino porque estuvo en la eclosión...

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