el triste ocaso de una guerrera corporativa

Por gonzalo carranzaEditor central de Economía yamp;amp; Negociosen la foto de setiembre del 2001, Carly Fiorina aparece con el cabello rubio y corto, un sastre oscuro de supermujer ejecutiva, el rostro lleno de confianza y el puño derecho chocando con el de Michael Capellas en un gesto de complicidad y celebración. Fiorina era entonces la CEO de Hewlett-Packard y había acordado, contra viento y marea, la adquisición del fabricante de computadoras Compaq, liderado por Capellas. Era su momento de gloria. El último que disfrutaría ante el ojo público.Fiorina empezó una ascendente carrera en ATyamp;T como ?trainee? y llegó hasta vicepresidenta. En 1996, se le encargó separar una división de la empresa en una nueva compañía, Lucent Technologies, donde luego asumió las riendas de la principal división. Fue en ese puesto que la encontró la publicación del ránking de la revista ?Fortune? que la situaba como la mujer más poderosa del mundo corporativo. Este nombramiento puso a Fiorina en boca de todo el mundo y, tan solo un año después, la mítica empresa tecnológica Hewlett-Packard la contrató como su CEO. Por primera vez, una mujer lideraba una de las 20 empresas más grandes del mundo. Y tenía un gran reto por delante: rescatar su declinante negocio de computación. Su apuesta fue comprar Compaq para ganar economías de escala y obtener millonarias sinergias. decliveLa tesis de...

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