Los tres planes de Nadine

Por Juan Paredes Castro. Editor central de políticaMientras los ex presidentes Alejandro Toledo y Alan García son llevados contra las cuerdas del cuadrilátero electoral del 2016, junto a competidores menores como César Acuña, la primera dama, Nadine Heredia, observa desde las tribunas con dos ases en la mano y otro bajo la manga.Si fuera cierto, como se especula, que lo que quiere el gobierno es despejar el camino por el que debe transitar la candidatura presidencial de la señora Heredia, dependerá de Toledo y García, así como de Acuña demostrar que esa estrategia política de linchamiento pesa más que las investigaciones fiscales que enfrentan y que únicamente ellos pueden inclinar a su favor o en contra.Paradójicamente, la otra aspirante al poder, Keiko Fujimori, aparece cada vez más lejos de los tribunales y de las causas judiciales y más cerca de la posibilidad de llegar con menos magulladuras al 2016. Claro que la manera como los corredores prematuros se acomodan en el partidor no les depara éxito o fracaso anticipado. Casi siempre ocurre que no son los favoritos los que llegan a la segunda vuelta.Lástima que lo que pasa con nuestros ex mandatarios (uno en la cárcel y los demás investigados) y con nuestras instituciones partidarias y representaciones parlamentarias (sometidas al descrédito y la desconfianza públicas) nos priva de la reserva política que deberíamos exhibir como Estado y alimenta la tentación de descalificación desde las alturas del poder.Dios quiera que la señora Heredia se sienta más inclinada a salvar el sistema político (con los defectos y limitaciones propios) y sus reglas de oro (aunque parezcan precarias) que pretender quebrarlos. De ahí que...

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