Tranquilo, las balas no son para usted

Por Director General:

Francisco Miró Quesada C.Después de que un sicario asesinase a alguien en el país por enésima vez, el ministro del Interior salió a combatir la percepción ciudadana de que un nuevo y todavía más agresivo problema se había sumado a los muchos que ya hacen que nuestro país sea el que tiene los segundos mayores índices de victimización en América Latina. Los sicarios, dijo, son usados principalmente por delincuentes para aniquilar otros delincuentes. Ergo, los ciudadanos decentes no teníamos por qué sentirnos aludidos por las balas que, como el último domingo, pasaban zumbando en la entrada de un restaurante barranquino. En la misma línea, habría que interpretar que los familiares de las víctimas colaterales del sicariato (como la niña que murió el mes pasado a manos de los asesinos a sueldo que intentaban matar a su padre) tendrían que consolarse con el conocimiento de que las balas que las mataron no iban dirigidas contra ellas. También habría que deducir que no afecta a nuestra democracia el que varios candidatos en esta última elección fuesen eliminados por sicarios y otros más fuesen víctimas de intentos de asesinato cometidos por estos. Tampoco queda claro por qué, aun asumiendo que el sicariato no fuese más que un fenómeno interno de las mafias que existen en el país, el ministro parece entender que la existencia de estas escapa al campo de su jurisdicción y responsabilidad. Sobre todo, habida cuenta que no solo tenemos un problema de ?existencia? de mafias (del narcotráfico, del contrabando, de la minería y la tala ilegal, de la construcción civil, de la política y demás), sino más bien una de ?proliferación? de ellas.Para saber esto último, basta usar el mismo índice del sicariato implicado en lo dicho por el ministro. Hace siete años en el Perú casi no había esta modalidad delictiva. Simplemente, no parecía haber suficiente ?demanda? para el desarrollo de la ?profesión? (el sicario del recordado Caso Fefer, por ejemplo, tuvo que ser contratado en Colombia). Desde entonces, el número de asesinatos con sicarios no ha hecho más que crecer cada año, hasta llegar al 2014, en donde si el ritmo sigue como viene (desde comienzos de año hasta mediados de setiembre los sicarios ya habían asesinado a 288 personas), todo indica que cerraremos el año superando los 343 atentados cometidos por sicarios en el 2013.Por otro lado, el que luego de las declaraciones del señor Urresti el presidente Humala haya asegurado ?en un...

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