La trampa de la impunidad

Por Jeffrey D. SachsProfesor de Desarrollo Sostenible y de Política y Gestión de la Salud y director del Instituto de la Tierra en la Universidad de Columbia.El nuestro es un mundo de impunidad. Las acusaciones de corrupción rodearon a la FIFA durante decenios y han acabado en procesamientos en masa de funcionarios suyos la semana pasada. Sin embargo, el presidente de la FIFA, Sep Blatter, fue reelegido en cuatro ocasiones, incluso después de que se formularan dichos procesamientos. Sí, Blatter ha dimitido por fin, pero solo después de que él y docenas de miembros de la Federación mostraran una vez más su desdén a la honradez y a la ley.Vemos esa clase de comportamiento por todo el mundo. Pensemos en Wall Street. En 2013 y 2014, JPMorgan Chase pagó más de veinte millones de dólares en multas por infracciones financieras; sin embargo, el director gerente se llevó a su casa 20.000 millones de dólares de retribución en 2014 y 2015. O pensemos en los escándalos de corrupción en Brasil, España y muchos otros países, en los que los gobiernos siguen en el poder aun después de que se haya revelado un gran nivel de corrupción dentro del partido gobernante.La capacidad de quienes ejercen un gran poder público y privado para violar la ley y las normas éticas a fin de lucrar, es una de las más flagrantes manifestaciones de desigualdad. Los pobres reciben sentencias a cadena perpetua, mientras que los banqueros que afanan al público miles de millones reciben invitaciones a las cenas de Estado en la Casa Blanca. Una famosa tonadilla de la Inglaterra medieval muestra que no se trata de un fenómeno nuevo:?La ley encierra al hombre o la mujer que roba un ganso a la propiedad común,pero deja libre a aquel villano mayor que roba la propiedad común al ganso?.Los mayores ladrones actuales son los que están robando los bienes comunes modernos: saqueando los presupuestos estatales, degradando el medio ambiente natural y aprovechándose de la confianza pública. Cuando se formularon los procesamientos de los catorce funcionarios de la FIFA, en el reparto de actores figuraban no solo malhechores del mundo de los deportes, sino también algunos copartícipes con los que estamos familiarizados: cuentas bancarias secretas en Suiza, el paraíso fiscal de las islas Caimán, empresas ficticias, todos los accesorios financieros concebidos literalmente para proteger a los ricos del examen y de la ley.En este caso, el FBI y el Departamento de Justicia de los Estados Unidos han...

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