Tragedia y oportunismo

Por Juan José Garrido Koechlin

En los últimos 60 años (1960-2019), el mundo ha decrecido solo una vez. En el peor momento de la gran crisis financiera desatada dos años antes, el mundo creció a una tasa de 1,67% en el 2009, luego de lo cual rebotaría a 4,30% y 3,14% los años posteriores. En aquel año, el Perú creció 1,10%, la tasa más baja desde el 2002. Aun cuando ?la gran recesión? devino en un ajuste brutal en el valor de activos físicos y financieros, el mundo no paró un día de funcionar, de producir, de intercambiar. Es decir, las estructuras productivas se mantuvieron medianamente estables, y el modelo de desarrollo capitalista, aun cuando estuvo bajo amenaza, terminó resistiendo los embates. En los últimos 10 años, el crecimiento promedio global bordeó el 3%, el mejor decenio desde los ochenta.Este año el mundo decrecerá en alrededor del 5%, la peor tasa desde la Gran Depresión de 1929. El Perú, como ya sabemos, será uno de los países más afectados, con una tasa inferior al 12%, una caída solo comparable a la de una guerra civil o un conflicto bélico (Iraq en el 2003, Sudán del Sur en el 2012 o Ucrania en el 2015, por ejemplo) o un desastre natural, un shock sectorial o alguna catástrofe parecida en un país pequeño.La magnitud de nuestro ajuste, por donde se le mire, es alarmante. Y lo peor es que aún no podemos contabilizarla con precisión: a inicios de la crisis, la mayoría de organismos pronosticaban una caída cercana al 5% para el año (en aquel momento, calculaban una caída de 3% en el promedio global); hoy, un par de meses después, dicha tasa se calcula en más del doble o triple. Ello, sin contar un rebrote, la aparición de una nueva cepa (más agresiva), o la incapacidad de lograr un...

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