Tradicion latina: Raza, cultura y espiritu.

AutorCalder
CargoSOY LATINO

Cuando en América se oponen a la República imperial del norte las veinte democracias del sur, se busca la razón del antagonismo existente entre ellas en un elemento esencial: la raza. Entre sajones y latinos se percibe claramente el contraste de dos culturas. Los americanos del sur se creen latinos de raza, como sus hermanos geográficos del norte son los retoños lejanos de peregrinos anglosajones. Pero si los Estados Unidos se formaron gracias al concurso de austeros emigrantes ingleses, en la colonización del sur no hay intervención de elementos latinos puros. Navegantes originarios del Latium descubren un continente ignorado; españoles, portugueses lo conquistan y colonizan. Casi no se encuentra sangre latina en los hogares que forman la sensualidad de los primeros conquistadores en la América desolada.

Emigrantes de Extremadura y de Galicia, andaluces y castellanos, gente abigarrada de España y de Portugal, concurren todos a crear el primer mestizaje con las razas vencidas: los iberos, en quienes los antropólogos descubren analogías morales con los bereberes del norte africano. Los vascos, rudos y viriles, que emigran de España para dominar América, no vienen del Latium; el elemento andaluz, de Sevilla o de Cádiz, es de origen oriental. Una España mitad africana, mitad germánica coloniza los vastos territorios americanos; dos herencias, la visigoda y la árabe se unen en su raro genio.

Los colonos franceses e italianos no tienen la importancia de los de España y Portugal, por su inferioridad en número y en riqueza. Los iberos defienden celosamente sus prerrogativas de raza en estos Estados aislados de ultramar. Tres siglos después y una vez abierto el continente al comercio europeo, los italianos invaden las ricas llanuras de Argentina. Ellos contribuyen a la formación de una raza nueva, más latina que española.

No olvidemos, sin embargo, los innumerables sajones que aportaron la riqueza y fundaron familias en Argentina y en Chile; ni a los alemanes del Brasil meridional, ni a los asiáticos del litoral peruano. Iberos, indios, latinos, sajones y orientales se confunden en América, Babel de razas, a tal punto que no se llega a descubrir en ella las líneas definidas de un tipo futuro. Inútil es buscar allí unidad de raza. Y en los Estados Unidos mismos, la invasión confusa de judíos rusos y de italianos meridionales mina, poco a poco, la primitiva unidad sajona.

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Esta confusión de razas de norte a sur deja en presencia dos tradiciones: la anglosajona y la...

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