Cómo tomamos una decisión

Gracias a una andanada de exitosos libros recientes, muchos ejecutivos se están percatando de cómo los sesgos distorsionan el racionamiento en los negocios. Por ejemplo, el sesgo de confirmación hace que las personas ignoren la evidencia que contradice sus nociones preconcebidas.

El anclaje las hace atribuir un peso desproporcionado a un trozo de información al tomar decisiones; la aversión a perder las vuelve demasiado ansiosas. Sin embargo, según nuestra experiencia, conocer el efecto de los sesgos no ha hecho gran cosa por mejorar la calidad de las decisiones de negocios, ni en el plano individual ni en el organizacional.

Aunque los ejecutivos hablen de los sesgos mucho más que antes, no los eliminarán con las meras palabras. Un estudio reciente de McKinsey sobre más de mil inversiones importantes de negocios mostró que cuando las organizaciones se esforzaban por reducir el efecto de los sesgos en sus procesos de toma de decisiones, lograban resultados hasta 7% más altos. La reducción de los sesgos hace una diferencia.

Para la mayoría de los ejecutivos, esas revisiones pueden parecer bastante simples. Primero, necesitan conocer los hechos relevantes (obteniéndolos de las personas que conocen los detalles mejor que ellos).

Segundo, deben descubrir si las personas que hacen la recomendación están oscureciendo intencionalmente los hechos de alguna manera. Y finalmente, necesitan aplicar su propia inteligencia, conocimiento y razonamiento para decidir si la recomendación es correcta.

Sin embargo, este proceso tiene en todas sus etapas un potencial enorme de distorsionar el juicio como resultado de los sesgos cognitivos. Como veremos, los ejecutivos no pueden hacer mucho respecto de sus propios sesgos. Pero si tienen las herramientas adecuadas, pueden reconocer y neutralizar los de sus equipos.

Con el tiempo y usando estas herramientas, crearán procesos de toma de decisiones que reducirán los efectos de los sesgos en sus organizaciones. Y al hacerlo, ayudarán a elevar la calidad de las decisiones que toman sus organizaciones.

EL DESAFÍOPrimero sumerjámonos en la pregunta de por qué las personas son incapaces de reconocer sus propios sesgos.

De acuerdo con los cientistas cognitivos, hay dos modos de pensamiento: intuitivo y reflexivo. En el pensamiento intuitivo o Sistema Uno, las impresiones, asociaciones, sentimientos, intenciones y preparaciones para la acción fluyen sin esfuerzo.

El Sistema Uno produce una representación constante del...

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