Nos han tomado el pelo

Por Analista político

Las entrevistas que ha dado el presidente Pedro Castillo en los últimos días explican los motivos por los que no las daba. Desde la entrevista que intenta construir un retrato del presidente ?con altas dosis de ironía? de Hildebrandt, pasando por el exasperante ejercicio panegírico, paternalista y condescendiente de Lúcar, y terminando con el calamitoso debut internacional como jefe de Estado ante Del Rincón, el presidente Castillo ha deambulado entre la insignificancia de propuestas y la picardía del político tradicional que elude denuncias con la excusa de que no están probadas. Del Rincón, que ha entrevistado a varios presidentes, concluyó que ?es una persona que no tiene habilidades comunicacionales?. Parecía que incluso lo miraba insinuándole con escepticismo: yo he visto cómo terminan estas películas, señor presidente. Terminan pronto y mal.Sin embargo, en general, en los últimos días se está cometiendo un error cuando se intenta analizar el comportamiento errático del presidente. Hay poquísima reflexión autocrítica sobre qué es lo que posibilitó que un político con tan limitadas capacidades llegara al poder. Se pontifica desde un altar de superioridad moral, política, incluso intelectual, como intentando convencer a la opinión pública de un mensaje evidente: nuestra dirigencia política es un desastre. Pero, esclavos del momento, perdemos la vista del panorama.Hemos criticado que la derecha política sufría delirios esperpénticos, arguyendo un inexistente fraude electoral convencida de que un comunista se había instalado en Palacio. ¿Ustedes creen que Fidel Castro o Stalin se hubieran expuesto a una entrevista tan calamitosa? Pero poca culpa ha asumido el sector más moderado de la política peruana, que siempre aparece para criticar los excesos. ¿Por qué el Perú, dentro de la insignificancia de todos los candidatos presidenciales, no les dio ni siquiera una oportunidad a los más moderados? Si su propuesta era evidentemente superior a la de Castillo o Fujimori, ¿por qué fueron incapaces de competir?Castillo, Fujimori, De Soto, López Aliaga y Lescano no eran moderados. Si ellos eran tan malos, ¿por qué los moderados no inspiraron a las grandes mayorías ni tuvieron una oportunidad entre todo ese elenco que consideran mediocre? Más allá de que fueron incapaces de construir una propuesta...

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