Tolerancia con la prensa

Por Juan Paredes Castro. Editor central de políticaQuienes conocen más íntimamente al presidente Ollanta Humala quizás acostumbran a disfrutar aquello que la gente ignora: su buen sentido del humor, su jovialidad controlada y su tolerancia a la crítica y a las bromas.Si ese otro lado del alma suya fuera en primer lugar cierto y en segundo lugar transportado solo en un 15% a su ejercicio cotidiano del cargo, sería la mejor dosis de mente sana en cuerpo sano que el mandatario podría recibir.El humor presidencial no tiene que estar necesariamente en la sintonía, la química y la adrenalina, por ejemplo, de la prensa.No olvidemos que el presidente suele ser muchas veces el primer pararrayos del humor o los humores de la prensa. ¡Y qué pararrayos! Lo que el jefe del Estado tiene que aprender, con un mejor sentido del humor que el practicado hasta hoy (que no supone exhibir necesariamente una sonrisa de oreja a oreja), es a ser el primer ciudadano de nuestro país y al mismo tiempo el ciudadano más tolerante de este país.Prácticamente está obligado a ello, como obligado está a informar y explicar a los peruanos (sin fruncir el ceño) lo que estos quieren saber y a delegar en su primer ministro que haga lo mismo en su condición de primer vocero del gobierno después del presidente de la República.Humala no se ha topado con la presidencia en el camino. Esta es producto de una elección de segunda vuelta en la que su triunfo por escaso margen hace que se reconozca, entre otras cosas, que, así como resulta legítima y respetable su investidura, es también respetable y legítima la posición de...

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