Sin tiempo para duelos

Por Erik Struyf. Periodista

A estas alturas parece innegable que las muertes que han conmocionado a Francia en los últimos días fueron perpetradas por un terrorista islamista. Lo que no sabemos, en cambio, es si el sujeto actuó conforme a un plan bien premeditado ?del cual él solo sería la mano ejecutora? o si sus acciones son el resultado de un impulso asesino sin otra explicación que la insania.

La interrogante es mayor, porque si de algo están seguros en estos momentos los analistas políticos franceses es que estas muertes atroces influirán directamente en la recta final de la campaña presidencial y, dadas las cifras ajustadas que exhiben los contendientes en las últimas encuestas, algunos incluso piensan que este podría convertirse en el instante decisivo. Sería acojonante imaginar que Al Qaeda, con Osama Bin Laden ya bien muerto, es todavía capaz de dejar su huella en el resultado del proceso electoral de una de las más importantes potencias occidentales.

A estas alturas nadie se atreve a vaticinar en qué dirección se decantará la campaña a raíz del drama de Toulouse, si a la derecha o a la izquierda. Podría salir mal parado el presidente Nicolas Sarkozy, por su supuesta incapacidad de dar seguridad a la nación y en consecuencia sería el socialista François Hollande quien capitalice los hechos a su favor y amplíe su liderazgo. También podría darse lo inverso...

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