The Economist: Ya no es lo que solía ser

AutorThe Economist

Los proveedores de lujo necesitan ofrecer más que oropeles caros para sacarle provecho a un mercado creciente.

‘‘Hace diez años, hubiésemos subastado carteras”, dice Ben Elliot, cofundador de Quintessentially Group, un servicio que ayuda a los millonarios a organizar sus vidas, al explicar el cambio en la manera en que se recauda dinero para obras benéficas. Hoy, un peloteo con David Beckham o quizás un viaje en bicicleta de Venecia a Roma, serían más efectivos. “Se trata de presumir del derecho de hacer cosas que otros no pueden”, agrega.

Si los consumidores sofisticados prefieren las manivelas y no las carteras, los fabricantes de bienes de lujo necesitan prestar atención. Los ricos marcan las tendencias y sus nociones de lujo se esparcen al resto. Ahora, los europeos “valoran más lo interno”, opina Elliot. Por ejemplo, se estima que los ingresos de los hoteles de alta categoría aumentarán 9% este año, cuatro veces más que las ventas de bienes de lujo.

Incluso los chinos están virando un poquito de “tener” a “ser”: durante la Semana Dorada —un evento anual de ventas frenéticas—, el número de transacciones en tiendas creció 30%, pero en restaurantes y hoteles fue de 52%, de acuerdo con UnionPay, una compañía de tarjetas de pago.

Lo que significa una experiencia que la gente está dispuesta a pagar también está cambiando, hacia algo más elaborado, más privado y, a veces, despojado casi por completo de la comodidad convencional. David Leppan, un millonario sudafricano, no está muy interesado en lo de siempre, pero reconoce que un recital de Plácido Domingo en el Alcázar de Sevilla, organizado por Netjets, empresa que alquila aviones privados, fue “prácticamente invalorable”.

En Quintessentially Group citan la Maratón de Hielo Antártica como la clase de actividad que sus clientes aprecian. Y los hoteles suizos se salen de lo común y ofrecen lo auténtico. “Lujo puede ser la ausencia de fresas en invierno”, sostiene Frank Marrenbach, administrador de la cadena Oetker Group. Sus chefs prefieren ofrecer frutas de estación.

En un video de Johnnie Walker Blue Label en YouTube, dos amigos, interpretados por Jude Law y Giancarlo Giannini, intercambian la propiedad de un precioso velero de 1928 con apuestas poco usuales. Si la propiedad se separa del disfrute, entonces los fabricantes de bienes de lujo tendrán algo de qué preocuparse. Puede que ese momento aún no haya llegado, pero a medida que los consumidores se vuelven más escépticos, más...

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