#Teodio

Por PeriodistaSiempre he pensado que Dios, la naturaleza, las hadas, o quien ustedes prefieran, nos creó con los pensamientos mudos para que pudiéramos sobrevivir como especie. Somos capaces de elaborar juicios, calificar, y hasta insultar sin que eso se materialice en palabras. A todos nos ha pasado estar en una reunión con un tipo que nos parece un pelmazo y pensar ?¿y este cuándo se calla??. O encontrarnos con esa amiga, a la que no vemos hace años, y que cruce por nuestra cabeza ?pobre, qué gorda está?. ?Ojalá te chanque un carro?, ?qué estupidez la que acaba de decir este?, ?qué aburrida esta charla? son pensamientos que cruzan nuestra mente todos los días y que no los exteriorizamos porque sino el mundo sería un verdadero infierno. Andaríamos peleándonos y odiándonos. Nos ofenderíamos, nos resentiríamos, nos haríamos muchísimo daño. Desgraciadamente no hay que ser adivino para darse cuenta de que ese mecanismo de supervivencia nos está abandonando. Gracias a la tecnología que nos mantiene siempre interconectados, hemos dejado de ser cautos, de comportarnos como individuos que miden sus palabras para no herir a los demás o para no iniciar una guerra; para transformarnos en unos salvajes que vomitamos nuestras frustraciones y pequeñeces a través de todas las plataformas digitales que nos lo permiten.Al comienzo, los troles, los famosos huevitos de Twitter (esas cuentas fantasma cuyos usuarios se mantienen en el anonimato) eran los campeones del insulto burdo, del odio chabacano, de la ira por la ira. Hoy la desvergüenza se extendió a todos los ámbitos. Congresistas...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR