La tecnología digital a favor de la agricultura

Por tomás ungerLa tierra y el mar son la fuente de alimento de la humanidad. A medida que esta aumenta, la tierra de cultivo se ha reducido. Según las Naciones Unidas (ONU), en los últimos 50 años la tierra arable por habitante se redujo la mitad. La disponibilidad de alimento de mar por habitante es otro tema.Desde que el hombre inventó la agricultura, las mejores tierras arables rodeaban los asentamientos humanos. Un fenómeno que continúa hasta hoy, razón por la cual el enorme crecimiento urbano (más de la mitad de la población vive en ciudades) ha ido reduciendo la tierra de cultivo. Esto se ha tratado de compensar destruyendo bosques, llevando agua a las zonas áridas y aumentando las capacidades del campo. ?El rendimiento?Hoy estamos ante un conflicto entre la demanda de alimentos, la conservación y las limitaciones en la disponibilidad de agua. A esto se añade el cambio climático, que crea problemas adicionales a la agricultura con el corrimiento de las estaciones y cambios en la precipitación y en la fauna. Por último, más de mil millones de cabezas de ganado se alimentan de pasto con un bajo rendimiento por hectárea, pero los consumidores de carne pueden pagarlo. Para compensar estas limitaciones, se han ideado medios que aumentan el rendimiento por hectárea, y en casos extremos, como en Holanda, se ha recurrido a invernaderos. Los alimentos genéticamente modificados han dado buenos resultados y también problemas, pero se siguen usando principalmente como alimento para ganado. Ahora, para aumentar el rendimiento por hectárea se está recurriendo a la tecnología digital con sorprendentes resultados. La principal contribución de la nueva tecnología son los sensores que permiten monitorear los cultivos, para mantener las condiciones óptimas para su desarrollo. Además, se ha puesto la robotización al servicio de la agricultura.?Drones y robot?Para dar una idea del grado de sofisticación al cual ha llegado el uso de sensores en la agricultura, un buen ejemplo es una finca de frutas. Entre la parcela de árboles de mandarinas hay uno de metal y plástico que registra la radiación, la humedad del suelo, y además la temperatura y la lluvia. Sensores en la tierra miden cuánta agua llega a las raíces. La luz que reflejan las hojas puede indicar cambios en la fotosíntesis de la clorofila, mostrando cuando una planta está enferma. Los drones registran con varias cámaras en diferentes frecuencias (infrarrojo, visible y ultravioleta) e indican...

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