Susana: dos enfoques, un camino

Por Raúl Castro. Periodista y antropólogo

El proceso de revocación ha finalizado. Tras la ratificación de la alcaldesa, la discusión se desplaza ahora al campo de las lecciones morales, en el que políticos y analistas compiten por el premio de quién logra formular la mejor moraleja y quién acierta en dar los mejores consejos a una gestión a la que le quedan casi dos años de crispado camino por recorrer.

Dos son, a mi entender, los enfoques interpretativos con los cuales los especialistas explican lo sucedido y vaticinan el futuro inmediato.

Los que más se han hecho notar, por su elocuencia y el carácter culposo de su evaluación de los hechos, son los que llamaría "los apocalípticos”, como en el libro de las revelaciones, las revocaciones son juicios sumarios con los cuales la ciudadanía evalúa y castiga a los funcionarios que ejercen mal sus labores. Este es un enfoque movido por el miedo, según el cual la consulta –dice Alan García, representante de este pensamiento– es "un llamado de atención y un remezón a los grupos políticos… para que sepan no alejarse de la gente”.

En esta visión, el reciente triunfo del No por apenas tres puntos porcentuales de diferencia (51,4 vs. 48,4, aproximadamente), habría sido una muestra de que, hoy en día, toda gestión pública está siempre con amenaza de fiscalización y escrutinio permanente.

La otra perspectiva es sostenida por los que podemos llamar "los constructivistasâ. Su visión sobre el proceso es más optimista, en tanto las consultas populares son ejercicios de poder ciudadano con los que se construye la democracia en forma directa. Estas consultas son mecanismos que complementan a la elección de los representantes: ejercen coparticipación en la...

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