De la superioridad moral a la erosion de la legitimidad: la guerra contra el terror.

Autorde Rivero, Oswaldo

Los dirigentes de Estados Unidos de América siempre se han referido a su país como una nación que, desde sus orígenes, ha exhibido los más altos valores morales. Y a estos dirigentes no les faltan argumentos válidos. En efecto, las colonias británicas en América tenían sus propios parlamentos, practicaban el debate y la tolerancia religiosa. Sus élites políticas estaban instruidas en las ideas de la Iluminación británica y europea e influidas por una ilustre tradición republicana inglesa, que no se contaminó con las distorsiones autoritarias que impuso Cromwell en la metrópoli.

Así, ya antes de su independencia, Estados Unidos era una sociedad políticamente más desarrollada que las monarquías europeas y que las colonias españolas y portuguesas, donde la Inquisición reinaba y los textos de la Iluminación estaban en el Index Librorum Prohibitorum de la Iglesia católica.

El resultado de este desarrollo político se mostró claramente en la Declaración de la Independencia y en la Constitución de Estados Unidos, documentos republicanos y democráticos de gran valor que inspiraron a la propia Revolución Francesa, cuyo republicanismo no fue sólido como el americano pues acabó rápido en bonapartismo y restauración monárquica.

Así, desde su independencia hasta más de la mitad del siglo XIX, Estados Unidos fue una virtuosa excepción democrática republicana en medio de un mundo que, aparte del parlamentarismo británico y el federalismo republicano suizo, estaba lleno de regímenes monárquicos, imperios autocráticos, republiquetas latinoamericanas inestables y decenas de colonias europeas. La única hipoteca, nada virtuosa, que exhibía la excepcional democracia estadounidense en esa época era la esclavitud, pero la canceló con una guerra civil de cinco años y 600 mil muertos. Esta cruenta guerra doméstica que liberó a los esclavos afianzó aún más el sentimiento de la superioridad de los valores morales de la república americana y sirvió para incrementar su convicción en un > a favor de la libertad, una doctrina que sirvió también para disfrazar políticas imperialistas rapaces en América Latina, el Caribe y el Pacífico.

En el siglo XX, invocando los valores superiores de su sistema democrático republicano, Estados Unidos cruzó dos veces el Atlántico para luchar contra los imperios autocráticos Alemán, Austro-Húngaro y Otomano y contra los bestiales regímenes nazi y fascista. En el Pacífico luchó solo para destruir el totalitarismo teocrático japonés. Terminada la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos invocó, con más vigor que nunca, su...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR