El sueño de Bezos

Tiene las ventanas más grandes y seis asientos reclinables a los que asirse mientras se flota a más de 100 km de la Tierra. Uno de los pasajeros es Jeff Bezos, quien contempla el planeta dominado por su conglomerado digital, Amazon, y del que es su habitante más rico.

Cuando llegue el momento de que Blue Origin, su empresa de accionariado cerrado, envíe turistas al espacio, es casi seguro que él estará entre ellos.

"Sospecho que estará; de hecho, está ansioso", escribe el biógrafo Walter Isaacson, en una introducción a la colección de escritos de Bezos. Es fácil asumir que para este hombre de 56 años, que tiene (y vende) de todo, el turismo espacial sea su máximo proyecto vanidoso.

Lanza cohetes desde su rancho en Texas, tiene un físico envidiable y su calva semeja la de su ídolo, el capitán Jean-Luc Picard de "Star Trek". Está cumpliendo un sueño de infancia.

No obstante, considerar que su aventura especial es una combinación de crisis de mediana edad y derroche de dinero, sería subestimar el fervor misionario que le empuja, y que ilustra "Invent & Wander" (2020), colección de 23 años de cartas a accionistas de Amazon y otras reflexiones. Su trabajo en la Tierra no ha concluido. El covid-19 le trajo de regreso a Amazon, pero el libro deja una tentadora pista de lo que se tiene que observar en la estratosfera para saber qué se viene.

Es difícil imaginar proyectos más distintos que el comercio minorista y la cohetería, sus dos obsesiones. Aunque ambas empresas son revolucionarias, hay pocos conceptos más prácticos que precios bajos, entrega rápida y gran variedad, y más fantasiosos que la colonización del espacio. Amazon es un monumento utilitario para el consumidor, valorizada en US$ 1.6 millones de millones. En tanto, la misión de Blue Origin es utópica: "facilitar un futuro donde millones de personas vivan y trabajen en el espacio en beneficio de la Tierra".

Espera lograrlo fabricando vehículos de lanzamientos reutilizables. New Shepard, su nave suborbital, ha completado más de una docena de vuelos. Pero pasarán años para llevar turistas al espacio y, por ahora, su principal cliente es el Gobierno estadounidense.

Asimismo, cada empresa opera con distintos grados de transparencia y velocidad. Amazon abrió su accionariado a los tres años y su obsesiva búsqueda de la innovación incluye la disposición a fallar. Blue Origin fue un secreto durante años hasta su nacimiento, el 2000. Se llama a sí misma tortuga y no liebre. Su lema, en latín...

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