La sotana hace al politico.

AutorSánchez León, Abelardo
CargoOTROS SENDEROS

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

El cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima, se ha convertido en el líder de la extrema derecha peruana. Alberto Fujimori, recluido en prisión por atentar contra los derechos humanos, no constituye una opción política futura. Su hija Keiko no parece reunir las condiciones para liderar un movimiento acorde con los intereses extremos de la derecha, como lo hizo su padre. Su hermano Kenji está menos capacitado: es una versión tosca y bastante inepta. Basta con escucharlo. Con verlo. La tarea, entonces, recae en este soldado fundamentalista, en este gladiador que no cree en el empate o en la negociación y sí en la victoria o en la derrota definitiva a la hora de los enfrentamientos.

La derecha siempre confió en Fujimori y nunca tuvo mucho apego por Lourdes Flores o la Democracia Cristiana o el Partido Popular Cristiano. Tanta fue su desconfianza que nunca pudo superar el mote de "los cuatro gatos".

Esa derecha no comulga con nociones como democracia o derechos humanos; curiosamente, las considera más cercanas a las posiciones de centro izquierda. No le gusta el centro del epicentro político porque suele ser confuso y exige concesiones. Prefiere la claridad de una derecha dura, extrema, que le mire la cara al otro extremo del espectro, representado por Sendero Luminoso o esa hábil y astuta máscara llamada Movadef, Patria Roja, Javier Diez Canseco e incluso Alejandro Toledo o PPK cuando este último, el tecnócrata y lobista internacional, se vuelve calculador, emotivo, inteligente y suelta opiniones no tan coherentes con el pensamiento más duro de la derecha. Por ejemplo: "Humala está haciendo un buen gobierno".

Juan Luis Cipriani ha llevado la lucha política al campo ideológico religioso. Se trata de un terreno inédito en la lucha política peruana y nos regresa a los tiempos del oscurantismo y su aversión al intercambio de ideas. Su posición más clara reposa en la obediencia que todo católico debe rendir a las autoridades eclesiásticas. La obediencia, para él, constituye el principio rector y se asemeja mucho a la sumisión. Para Cipriani, la religión católica es la verdadera y los católicos deben ser militantes activos. En otras palabras, son cuadros militares o políticos que tienen una tarea que realizar dentro de lo que considera la causa: la causa del Opus Dei. No desea contar con una grey. No le interesa la cantidad. Prefiere la calidad. Tiene reparos del católico practicante: lo considera insuficiente. Y, por...

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