Lo sostenible como una alternativa para las empresas argentinas

La sustentabilidad surge como una alternativa post pandemia del Coronavirus. Básicamente en cómo las empresas deberían abordar estos temas, cómo pueden trabajar para mejorar sus prácticas a nivel laboral, social y ambiental, acompañando el crecimiento económico y cuidando el negocio de la compañía.

También se busca que las empresas puedan mapear y desarrollar una estrategia vinculada a los Objetivos del Desarrollo Sostenible.

A partir de la escasez de crédito internacional por la pandemia, la apuesta a lo sustentable puede ser, además de beneficiosa para el planeta y la sociedad, una fuente concreta para acceder a recursos.

Cada vez más, las empresas buscan sistemas de gestión respetuosos con el medio natural, que permitan una gestión eficaz a la vez que sostenible. Una gestión que no perjudique al entorno que rodea a la empresa y la incluya dentro de las denominadas «Empresas verdes». Esta preocupación hizo posible que se desarrollaran diversos estándares que describen las condiciones que deben reunir este tipo de sistemas de gestión y los requisitos necesarios para su implementación.

Al contrario de lo que muchos piensan, ser una empresa verde no significa únicamente dedicarse a un sector relacionado con el ambiente, como podría ser por ejemplo la comercialización de energías renovables o la gestión de un negocio de agricultura ecológica.

Todas las compañías pueden transformarse en empresas verdes, porque se trata de repensar todos los procesos de producción y comercialización de los productos y servicios con el objetivo de causar el menor impacto posible en la naturaleza.

En un contexto mundial castigado por la pandemia y sus consecuencias, una tendencia parece firme y creciente: el financiamiento sostenible. La mayor conciencia ambiental mundial que impuso el coronavirus potenció el interés por aquellas inversiones que contemplen criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo.

¿Qué puede significar eso para empresas argentinas?

Las opciones son múltiples, pero entre los ejemplos aparecen acceder a préstamos con criterios sostenibles que llegan de los organismos multilaterales, conseguir fondos de inversión directamente dedicados al triple impacto de las grandes formas de inversión o reducir costos y apostar a la energía renovable a través de...

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