¿Sólo más barato por docena? Los beneficios de las compras corporativas en la contratación estatal

AutorAlfredo Soria Aguilar

Comprar más barato no es sinónimo de una mejor compra1. Considerando esa premisa, en la actualidad, las normas de contratación estatal se orientan a priorizar la eficiencia y eficacia7 en las adquisiciones que realizan las distintas entidades del Estado.

Resulta evidente que atender a los principios de Eficacia y Eficiencia en las compras del Estado no implica solamente enfocar las adquisiciones en la obtención del mejor precio2, sino también incluye procurar la calidad3 de lo que se compra. Evaluar ambos aspectos contribuye al mejor uso de los recursos públicos.

Precisamente, las compras corporativas constituyen una importante herramienta para alcanzar el mejor uso de los recursos públicos. Su configuración y resultados son acordes con las premisas que propone el principio de Eficacia y Eficiencia.

Según la Ley 302254, con las compras corporativas, a través de un único proceso de selección, “varias entidades pueden consolidar la contratación de bienes y servicios para satisfacer sus necesidades comunes”. Así, este mecanismo de contratación evita realizar un número de procesos equivalente a la cantidad de entidades que buscan satisfacer sus respectivas necesidades.

Por ejemplo, en lugar que diez (10) entidades adquieran un determinado producto de manera separada, es decir, tengan que realizar diez (10) procesos de selección para satisfacer lo que requieren, las compras corporativas permiten que las diez (10) entidades agrupen sus respectivas necesidades –siempre que puedan ser uniformizadas- a través de un único proceso de selección, de forma que puedan obtener los beneficios de una compra por volumen.

Si bien es cierto, a través de las compras por volumen la reducción del precio que se obtiene resulta una ventaja muy importante para el Estado, los beneficios que otorgan las compras corporativas van mucho más allá5

Como lo sostiene Ronald Coase “la máquina administrativa del Gobierno no es, en sí misma, sin costo. Puede, en realidad, ser en ocasiones extremadamente costosa”6. Por ello, todo esfuerzo por reducir los costos de transacción en los que incurre el Estado debería considerarse como una prioridad dentro de un sistema de compras que pretende orientarse a la eficacia y eficiencia.

Sin duda alguna, las compras corporativas otorgan importantes beneficios y pueden contribuir a la reducción de costos de transacción en los que incurre el Estado para satisfacer sus necesidades. Por ello, adicionalmente a la reducción del precio, pueden...

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