La socia de Mollohuanca

Por Cecilia Valenzuela

El lunes cuatro jóvenes murieron en la provincia cusqueña de Espinar, probablemente creyendo que sus vidas servirían para proteger las de los demás. Un informe de ?Monitoreo Ambiental? hecho por la Vicaría de Sicuani y supuestamente sustentado por un estudio oficial de ?Riesgos a la salud por exposición de metales en la provincia de Espinar?, los tenía convencidos de que el agua que bebían estaba cargada de cadmio, arsénico y mercurio.

Su alcalde, Óscar Mollohuanca ?promotor de las revueltas e integrante del partido del ex cura Arana, alzado contra la minería en Cajamarca en este momento? les había narrado el cuento con la complicidad de la congresista cusqueña Verónika Mendoza Frisch.

Ambos usaron un estudio realizado en el 2010, en otra área de influencia, para enardecer a la población cercana a Xstrata Tintaya. El estudio realizado en las comunidades aledañas al proyecto minero Quechua había detectado niveles metálicos altos, aunque dentro de los valores no letales, en la sangre de los habitantes; y según los expertos, la procedencia de esos metales era de origen antropogénico, es decir, natural.

Sin pudor, los antimineros de Espinar aplicaron los índices de valores metálicos hallados entre pobladores de otra área de influencia a los habitantes del área de influencia de Xstrata Tintaya, la mina que tratan de cerrar. Con esos datos sustentaron el informe que ellos mismos habían hecho en la vicaría.

El estudio utilizado para engañar y azuzar a la población que vive cerca de la mina Tintaya fue hecho por el Censopas (Centro Nacional de Salud Ocupacional y Protección del Ambiente para la Salud) y la Dirección Regional de Salud del Cusco, en coordinación con el proyecto minero Quechua, para...

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