El sobreviviente

Por luis silva nolePeriodistaLos más viejos dicen que cuando uno está pedido, no hay nada que espante a la muerte. Que cuando te toca, te toca. Que la muerte viene para llevarte si tu nombre está escrito en su agenda, debajo de una fecha indefectible y marcada con un círculo rojo, como esos que señalan días importantes en el calendario pegado en la puerta de la refrigeradora. Pero hecha la ley, hecha la trampa. De eso puede dar fe Salomón Carassa Peña. Quizás la muerte ya se aburrió de buscarlo. ¿Acaso está arrepentida de haber fallado en aquella víspera de Navidad de 1935, cuando un avión cayó encima de la casa de Salomón?Cinco veces burlada por este bisabuelo pícaro, tal vez la muerte ya pasa de largo, avergonzada, mientras lo ve sonreír, inmune a su fatalidad, como sucedió el martes de esta semana, cuando Salomón cumplió 85 años. El niño de la escopetaEn 1935 por Lima desfilaban tranvías. Las chacras dominaban el paisaje entre el Centro Histórico y los balnearios de Miraflores, Barranco y Chorrillos. Y los 500 m2 de la propiedad de los Carassa Peña, en la cuadra 9 del ahora jirón Salaverry, estaban dentro de los linderos de Miraflores. En aquel año, en la tarde del 24 de diciembre, víspera de Navidad, parapetado detrás de un pequeño muro, en un descampado de su vivienda ?la misma en la que hoy radica, ahora situada en Surquillo?, el pequeño Salomón, de apenas 5 años, disparaba imaginariamente una y otra vez una escopeta de juguete que sus padres le habían obsequiado. Imitando a un soldado de la Primera Guerra Mundial, apuntaba a los aviones que entraban y salían del otrora aeropuerto de Limatambo, que estaba ubicado donde hoy se yergue el Ministerio del Interior, en San Isidro.Papá Pedro estaba regando la huerta, mamá Dina alimentaba a las aves; Mery, su hermana mayor, ayudaba a mamá; Mercedes, su hermana menor, estaba en cama, delicada de salud. Pero Salomón no vio aproximarse el avión de la otrora empresa Panagra, de capitales estadounidenses y peruanos, que casi lo aplastó. Pocos minutos después de las 6 p.m., escuchó un ruido metálico, corto y fuerte, que no le dio tiempo a voltear.Seguidamente, un estruendo, como un estallido de bomba, hizo que Salomón...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR