Una soberanía hipócrita

Por Alberto Fernández. *

En 1994 dictaba mis clases de Derecho Penal en la Universidad de Buenos Aires. Promediaba el año y mis alumnos eran jóvenes que abordaban la materia entre las primeras de sus carreras de abogado. Había tomado y corregido los exámenes parciales y comencé aquella clase informando la calificación obtenida a cada estudiante. Fue entonces cuando alguien me anunció que Paola ya no conocería el ocho que había merecido su prueba. Pocos días antes, el criminal atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) había acabado con su vida.

Pasaron muchos años y, siendo jefe de Gabinete de Néstor Kirchner, pude conocer a los padres de Paola. Llegaron a la Casa Rosada buscando que el Gobierno garantizara una investigación adecuada que les permitiera sobrellevar el dolor que cargaban. Con todo lo que les había tocado pasar, aún sacaban fuerzas no sé de dónde en procura de la verdad. Con su hija muerta, solo reclamaban castigo para los autores.

Durante muchos años nuestro país demoró la averiguación de lo sucedido. Una cadena de encubrimientos distorsionó la investigación inicial y limitó la persecución a la ?conexión argentina?. Finalmente, una sentencia anuló lo actuado y todo volvió casi a fojas cero.

Kirchner reclamó rápidamente una nueva pesquisa y puso en manos de la justicia toda la información con la que contaba el Estado. Tiempo después conocimos el dictamen fiscal que señalaba la presunta responsabilidad que tuvieron en el hecho funcionarios del Gobierno Iraní. Desde entonces, la Argentina reclamó infructuosamente que esos imputados se sometieran a la justicia mientras Irán los protegió poniendo en duda la imparcialidad de nuestros tribunales.

En ese cuadro controversial, venimos a enterarnos ahora de boca de la misma presidenta de que negociaremos con Irán dónde juzgar lo ocurrido. Nos ha advertido también que ya le ha ofrecido al gobierno islámico que un tercer país juzgue los hechos, por lo que es razonable pensar que por ese carril pasará la propuesta.

En estos últimos tiempos hemos escuchado discursos oficiales que reivindican la soberanía nacional. Para ser más soberanos ?recuperamos? una empresa petrolera, intervenimos la producción y distribución de papel de diario y hasta ?expropiamos? a los amigos del vicepresidente una empresa...

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