Slim resta importancia a los golpes en Europa

Ha sido un mal comienzo de año para Carlos Slim.

El hombre más rico del mundo ha perdido unos ?2 billones en Europa debido a la emisión de derechos y al colapso en el precio de las acciones de la empresa de telecomunicaciones holandesa KPN, su primera incursión importante fuera de América.

Mientras tanto, las acciones en América Móvil, la compañía que él hizo crecer durante la última década, disminuyeron un 10% el 13 de febrero tras anunciarse una caída de 8% en las utilidades. ¿Acaso el señor Slim, quien tiene una supuesta fortuna de US$ 69.000 millones, ha perdido su toque de Midas?

?Afortunadamente nunca he tenido el toque de Midas?, declara al FT desde su oficina del primer piso en el centro financiero de Ciudad de México. ?¿No conoces la historia??

Es la aguda réplica del magnate de 73 años, quien combina una reputación de impecable sincronización empresarial con un gusto por la sabiduría popular.

El motivo de su presencia en Europa no es aún claro. Slim dice de manera enigmática: ?Estamos en Europa porque queremos estar en Europa?. Sin embargo, señala que no está preocupado por sus inversiones allí, las cuales están compuestas por una participación de 23% en Telekom Austria y 28% en KPN.

?El precio de las acciones es importante, al final. Pero, ¿cuándo llega el final??, dice Slim, al que se lo ve bronceado y relajado con una camisa blanca abierta en el cuello. ?Nosotros adoptamos una visión de largo plazo?.

Este podría ser tan solo un hombre rico racionalizando a posteriori sobre una pérdida extraña y potencialmente humillante. Pero encaja en lo que él afirma es su visión sobre el mundo de los negocios.

?Existen especuladores que compran y venden. Existen inversionistas, como Warren Buffett. Y existen hombres de negocios, como yo?, señala. ?Lo importante es la visión del negocio ? ganancias potenciales y desarrollo ? más que si el precio de sus acciones sube o baja?.

Slim extiende el brazo y presiona un timbre sobre la mesa. Un subalterno se escabulle dentro de la habitación llevando un montón de documentos. Slim toma uno y lo desliza por la mesa. Son sus diez mandamientos, un manifiesto filosófico de principios empresariales.

?Mira este, el número ocho, viene de mi padre: optimismo inquebrantable y paciencia siempre dan frutos?.

Este enfoque de la vieja escuela en parte define a Slim. Se deleita por el hecho de que su auto, un Mercedes, tenga diez años de antigüedad. A veces describe su industria en términos arcaicos. ?Cuando los...

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