Shakespeare interpelado

Por AntropólogoHay personajes históricos a los que conocemos a través de recuentos que se funden con la leyenda. Hay personajes que conocemos desde la visión de los vencedores y hay personajes que admiramos porque son parte de la larga construcción de la cultura occidental a la cual pertenecemos. El caso de Julio César es interesante puesto que su propia imagen parece ser, a la larga, la de los ideales romanos. Es decir, un excelente orador, escritor, político pero, por sobre todo, un magnífico estratega. César fue también protagonista de un cambio histórico importante cuando Roma pasaba de ser república a imperio. William Shakespeare dramatiza este evento en el que los republicanos conspiran contra el poder que César está adquiriendo y que conlleva a un apuñalamiento colectivo por parte de miembros del Senado.Una vez instalado el ritual fúnebre, uno de los conspiradores, Bruto, senador y firme partidario de la república, da un discurso que justifica el asesinato. Luego da permiso al brillante senador, militar y amigo del fallecido líder, Marco Antonio, a hablar frente a una multitud que estaba convencida de la justicia del magnicidio. En la obra ?Julio César?, Shakespeare pone en labios de Marco Antonio uno de los discursos más hábiles jamás registrados, en donde se usa de manera magistral la ironía. Se dice lo contrario a lo que se piensa, se alaba a los conspiradores pero se apela a la emoción para dar el mensaje realmente deseado:?Fue mi amigo, fiel y justo conmigo; pero Bruto dice que era ambicioso. Bruto es un hombre honorable. Trajo a Roma muchos prisioneros de guerra, cuyos rescates llenaron el tesoro público. ¿Puede verse en esto la ambición de César? Cuando el pobre lloró, César lo consoló. La ambición suele estar hecha de una aleación más dura. Pero Bruto dice que era ambicioso y Bruto es un hombre de honor?.El discurso de defensa de Marco Antonio no solo es bellísimo sino eficaz. Logra seducir y cambiar a un público hostil y remata esta hazaña mostrando el benévolo testamento de César a favor de su pueblo que ahora marcha contra los conspiradores.Siento que debemos regresar a Shakespeare y disfrutarlo ahora que se celebran cuatrocientos años de su muerte y que el Senado sigue con la pésima costumbre de apuñalar y difamar. Es tiempo de que encontremos en el arte una mejor descripción de los momentos que atravesamos y tengamos conciencia clara de cómo proceder.Pienso que debemos regresar a Shakespeare porque así me lo enseñaron...

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