Servir para cambiar

Por Roxana Barrantes

Lea mañana en EconomíaCarolina TrivelliEl Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.Érase una vez un país que aspiraba a formar parte del club de los países modernos y desarrollados. Sus regentes decidieron que debían reformar la carrera pública para crear un servicio civil. La reforma debía estar conducida por una entidad con un nombre atractivo para los ciudadanos.Así, la llamaron Atender, inspirados por la lógica de la atención del Estado a los ciudadanos. Lo que los regentes olvidaron fue otorgar a Atender el suficiente músculo para poder avanzar en los cambios necesarios. Poco a poco, hasta se olvidaron de la entidad y, cada vez que pudieron, la debilitaron.Para empezar, los regentes excluyeron del servicio civil a las instituciones claves para la gestión macroeconómica del país: el Banco Central de Reserva, el Ministerio de Hacienda y el de Planeación, así como al ente recaudador de impuestos.¿Qué? ¿No era el servicio civil imprescindible para modernizarnos? ¿No es que los líderes de la modernización de la gestión pública eran precisamente esas entidades? Qué mejor señal para subir a más entidades al coche de la reforma que esta sea liderada por quienes dan soporte al crecimiento económico. No, los regentes no lo consideraron así.Luego, otro grupo de regentes decidió excluir a otras organizaciones públicas del régimen del servicio civil. No solo eso, sino que comenzaron a cambiar los regímenes laborales de...

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