La segunda vuelta, en el 2016, va a ser entre Alan y Keiko.

AutorCrespo, Silvia
CargoEntrevista

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Javier Barreda, como todo aprista, es un gran orador y es capaz de convencemos de que Alan García es la mejor opción para el 2016. En esta oportunidad nos habla sobre la imagen del APRA, su ideología, los jóvenes, y nos muestra su optimismo para las elecciones del 2016.

¿Cuál es la imagen que el APRA está construyendo como partido político?

Yo creo que es la imagen que quiere construir todo partido, una imagen lo más positiva hacia la población. No es fácil, porque hay que afrontar algunos problemas de comunicación y de hechos puntuales negativos; pero la imagen de un partido es su propuesta y su comportamiento. Hay políticos que creen que contratando a jefes de marketing van a mejorar su imagen. La política es más un proceso de propuesta, actitud y representación; es más que una simple imagen. Es ubicarse bien, expresar y representar a la gente.

Más que una imagen, queremos que el partido impulse un proceso sostenido de renovación, en la cual podamos volver a representar a sectores sociales que alguna vez representamos y los perdimos por alguna razón. Y además conectar con sectores emergentes. Lo principal es que expreses y representes a un país distinto, la imagen viene después.

En el sur andino el APRA no ha sido muy fuerte. Ahora, con las nuevas clases medias, no somos muy representativos. Pero ello no es solo imagen; acá se requiere de un proceso de ubicación social que nos vuelva a posicionar en una representación y expresión de lo viejo, que tiene problemas no resueltos, y de los sectores nuevos que demandan cosas distintas.

Desde Víctor Raúl Haya de la Torre hasta la actualidad la ideología ha cambiado. ¿Cuál es la ideología actual del APRA?

Después de su muerte las cosas cambian mucho, aunque fue una constante en él que nos adaptemos a nuevas circunstancias, a nuevos contextos. Haya advirtió la globalización, pero no en las dimensiones que se ha desarrollado hoy. Ahora hay que plantear cosas distintas, incluso en muchos aspectos que el propio Haya de la Torre propuso. Él planteaba cosas interesantísimas y enarboló la educación gratuita como un principio universal, y es cierto, pero en la educación superior gratuita genera consecuencias no deseadas, sin exigir competitividad al alumno; sin investigación científica, huyendo de la meritocracia.

La ideología como principio siempre ha sido la misma, lo que sí nos hemos adaptado en cada década, en cada momento histórico, porque nadie puede vivir con dogmas cerrados. No podemos leer el mundo de ahora con el antiimperialismo del 28, ni menos con los textos de los 70. Algunos dicen que esos cambios son traiciones a los principios; es lo contrario, si no se cambia se traiciona el principio, y lo fundamental en Haya de la Torre era que la realidad te dicte qué hacer y no tratar de encontrar todas las respuestas en un texto, sin investigaciones más aproximativas al mundo.

¿Ese principio antiimperialista se ha cambiado totalmente en la actualidad?

No totalmente. Yo creo que Haya de la Torre fue muy inteligente y cuidadoso en plantear que el antiimperialismo era una acción constructiva. La acción antiimperialista se ratifica, pero no puede ser una arenga enfermiza contra el capital extranjero. La acción antiimperialista es cómo tratar inteligentemente desde lo nacional con el capital...

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