Saltos mortales en el trapecio de Odebrecht

Por JuanParedesCastroLea mañana en Política a Diana Seminario El Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta. La red de sobornos de Odebrecht en el Perú ha puesto a la crema y nata de la política, la empresa y las instituciones de gobierno y Estado en la dramática situación de tener que dar increíbles saltos mortales en lo más alto del trapecio fiscal, judicial y mediático, en busca, en unos casos difícil y en otros casos casi imposible, de una exhibición de manos limpias.En Brasil, centro de operaciones de Odebrecht, es poco lo que queda en pie del sistema político, apenas sostenido en la precaria presidencia interina de Michel Temer. El sistema fiscal y judicial ha tomado prácticamente en sus manos el curso de la gobernabilidad y estabilidad del país, en un hecho sin precedentes.Ahí donde antes las alternativas a las crisis políticas civiles en América Latina solían ser las administraciones militares (cambio de mocos por babas) hoy los poderes fiscales y judiciales, comúnmente venidos a menos y hasta desprestigiados, adquieren cada vez más la condición de reservas morales en sistemas políticos hondamente dañados por la corrupción.Los primeros saltos mortales (en giros del cuerpo sobre la cabeza, hacia delante y hacia atrás) los va a tener que dar, quiera o no, el gobierno de Kuczynski, no solo porque él, personalmente, debe deslindar responsabilidades ministeriales de los tiempos de Toledo (período de mayores montos de sobornos de Odebrecht), sino porque además está obligado, junto a su primer ministro Fernando Zavala, a dirigir el control de daño y destino final de los contratos aún subsistentes con la empresa constructora brasileña.Los siguientes...

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