Una salida militar no arreglará Venezuela

Conforme se endurece la dictadura madurista en Venezuela, cada vez hay menos alternativas de solución que proponer. El mero llamado al diálogo, como han solicitado el ex alcalde bogotano Gustavo Petro y la congresista Marisa Glave, resulta completamente insuficiente frente a un régimen que ha destruido cualquier semblanza de representatividad democrática en el país. La imposición de sanciones económicas, por otro lado, tiene el efecto no deseado de herir aun más al ya debilitado pueblo venezolano. Mientras los caminos diplomáticos se van estrechando y complicando, una verdad se mantiene inalterable: la alternativa moral para Venezuela no es ?no puede ser? una guerra. Al menos en cuanto la paz aún sea viable, el objetivo de nuestros esfuerzos como país debe seguir siendo que el régimen madurista desarticule la Constituyente, detenga la violación sistemática de derechos humanos y convoque a elecciones libres y transparentes, que permitan a Venezuela transitar de una dictadura chavista a una democracia verdaderamente plural. El grupo de seguimiento establecido la semana pasada por la Declaración de Lima parece ir en esta dirección, y es una propuesta que merece nuestro apoyo, si hemos de evitar que Venezuela transite a la tragedia de ser una nueva Siria o una nueva Cuba.El tiempo para lograr una salida diplomática es corto y con cada día que pasa corremos el riesgo de que algún nuevo desarrollo la impida por completo. La conformación de un gobierno paralelo por parte de la oposición o una revuelta masiva dentro de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana probablemente llevarían a la guerra civil. El quiebre del espíritu de protesta del pueblo venezolano y la consolidación de la Constituyente, por su parte, la dejarían en una dictadura perpetua. Ninguna de estas opciones está muy lejos de suceder; y si la diplomacia pretende tener éxito, deberá apresurarse. En nuestro país y en el resto del continente, sin embargo, ya hay quienes critican la posición diplomática y exigen, como primera (y única) alternativa, la militar. Para algunos, la única forma de salvar a Venezuela es que una...

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