Sabotaje educativo

¿Cómo se sentiría, señor lector, si se enterara de que el Estado se encuentra empecinado en sabotear el sistema educativo preferido por la mayoría de limeños (y quizá también por la mayoría de peruanos)? Seguramente, indignado. Pues bien, permítanos contarle una indignante historia.El sistema educativo preferido por la mayoría de personas en Lima es el tecnológico superior. Según un reciente estudio realizado por el instituto San Ignacio de Loyola, más del 66% de limeños prefiere estudiar en un instituto que en una universidad. El mencionado estudio, además, muestra que casi el 80% de potenciales estudiantes tendrá que pagarse sus estudios sin ayuda de su familia. Y más del 82% no puede pagar mensualidades superiores a S/.500.Teniendo esto en cuenta, uno esperaría que el Estado promueva una mayor oferta de educación técnica superior de calidad y de precio asequible. Pero lo que hace es justo lo contrario.Por ejemplo, un instituto que desea crear una nueva carrera tiene que cruzar por un pantano burocrático que demora su aprobación tranquilamente un par de años, a pesar de que, según la ley, la autorización no debería demorar más de 60 días.Las carreras que ya están operando, por otro lado, ven aumentar sus costos debido a regulaciones estatales. Y esos costos tienen que ser trasladados a los alumnos, ya sea cobrándoles una mayor pensión o brindándoles una educación de menor calidad.Por ejemplo, durante este gobierno se prohibió a los institutos suspender el servicio a quienes no pagasen la matrícula y se estableció que el interés a los morosos no podía ser superior a la tasa establecida por el BCR. En pocas palabras, se incentivó el incumplimiento del pago de las pensiones, lo cual se ha traducido (según la presidenta de la Asociación de Institutos Superiores Tecnológicos y Escuelas Superiores del Perú) en un aumento de la morosidad de alrededor del 50% en la mayoría de instituciones.Por otro lado, el gobierno establece una serie de requisitos de costosa e innecesaria infraestructura para los institutos. Entre ellos, que cuenten con un patio de recreación que ocupe el 30% del área del terreno, que no esté techado y que se encuentre en el primer piso. ¿Cuál es la lógica de esto? ¿Será, quizá, que en la mente de algún burócrata es un requisito indispensable para enseñar adecuadamente enfermería o...

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