Cuando sí se puede debatir

Por juan paredes castro. editor central de políticaTenemos un gobierno encuadrado en las reglas democráticas del país, pero con estilos, hábitos y procedimientos verticales.Carece de la horizontalidad necesaria y propicia como para generar espacios de diálogo, debate y hasta de sana confrontación de ideas y posiciones, por duras y complejas que fuesen. A la primera de bastos se molesta, irrita y pierde los papeles. La intolerancia le pisa los talones y esta hace que la oposición también se los pise.De ahí que la invitación del primer ministro Juan Jiménez a un diálogo con los partidos de la oposición resulta artificial y poco creíble. Más parece encerrar la búsqueda de una distensión política que saque al gobierno del vuelo en turbulencia que él mismo inició meses atrás. El detonante fue el adelanto de opinión de un vocero de la megacomisión investigadora del régimen aprista sobre una posible inhabilitación política de Alan García.Ya sabemos lo que sobrevino: la campaña aprista contra la ?reelección conyugal? y la ?presidencia conyugal?; el contraataque oficialista sobre los ?narcoindultos? del Apra y la réplica de la bancada alanista encabezada por Mauricio Mulder, cebándose eufóricamente en el encarcelamiento, por narcotráfico, de la ex congresista humalista Nancy Obregón.En este contexto de polarización absurda y mientras el gobierno y la oposición se hacían un mundo para intercambiar cuatro palabras sobre cuatro cosas de interés nacional, El Comercio reunió el último martes, en su mesa redonda, a cuatro poderes del Estado para tomar por los cuernos el gravísimo problema de la inseguridad ciudadana. Asistieron el...

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