Rusticanos en Coketown

Por Diego de La Torre. Presidente del Pacto Mundial en el PerúEscribo este artículo desde un bosque cercano a Frankfurt luego de visitar la casa del gran poeta Goethe (1749-1832). Mi abuelo, el pintor Macedonio de la Torre (1893-1981), siempre me inspiró a ver la utilidad de lo inútil.A quienes no veían en el arte algo útil, a pesar de tener medios, los llamaba ?rusticanos?. El mundo moderno, la secularización y la ciencia económica del siglo XX nos incentivó a tener una implacable batalla contra todo lo que pudiera oponerse a una realidad concreta y utilitaria.Como la mítica ciudad de Coketown descrita por Dickens en ?Tiempos Difíciles?, todo debería estar subordinado a la filosofía de lo útil. El banquero Bounderby y el educador Grandgrind dicen en la novela: ?En la vida caballero, lo único que necesitamos son hechos, ¡nada más que hechos!?.Grandgrind es presentado como un pedagogo implacable, adverso a una enseñanza abierta a la fantasía, a los afectos y a los sentimientos. Siempre con una regla, una balanza y una tabla de multiplicar en sus bolsillos estaba eternamente pesando y midiendo cualquier partícula de la naturaleza humana para decir con exactitud a cuanto equivale.El gran Eugene Ionesco nos da una reflexión fantástica acerca de una humanidad que está perdiendo el sentido de la vida y afirmando la importancia de lo inútil: ?En todas las grandes ciudades es lo mismo. El hombre moderno, universal, es el hombre apurado, no tiene tiempo, es prisionero de la necesidad, no comprende que algo pueda no ser útil; no comprende tampoco que en el fondo, lo útil puede ser un peso inútil, agobiante. Si no se comprende la utilidad de lo inútil, la inutilidad de lo útil, no se comprende el arte. Y un país donde no se comprende...

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