Ronderos a la caza de brujas en La Libertad

¿Y si no crees?

No importa si no crees. Eso dicen siempre algunos, pero el daño existe, es real.Puede tratarse de una sugestión en las personasy#8230;

Los que dicen eso y lo niegan son los que más miedo tienen. Angélica Montoya Rodríguez dice que no es una bruja. Ella no hace daño ni practica la magia negra ni invoca el mal. Dice que sana personas. Es una de las curanderas más visitadas de La Libertad. Tiene 55 años, una mesa llena de velas y huacos y cruces y muchas plantas medicinales. Desde los 15 años, examina el alma de sus enfermos. ?Un curandero sana, exorciza, endulza parejas; los brujos, los ?maleros?, ellos son los que hacen daño, retuercen personas, las secan, las matan. Ellos no creen en Dios, no rezan. Me da pena que los ronderos los castiguen, pero los brujos hacen mucho daño y la justicia no les hace nada. Y, por su culpa, a veces nos confunden con ellos?. Nadie en el norte frunce el ceño cuando se habla de brujería. Los brujos y curanderos forman parte de la historia, tradición y creencias de esta parte del Perú. Se dice que los primeros dañan (hasta que el cuerpo de su víctima se seque y muera) y que los segundos curan. En los últimos meses ?hartos de hechizos asesinos? los pobladores de la sierra de La Libertad han denunciado a estos brujos con las rondas urbanas y campesinas. Y estas han respondido deteniéndolos ?porque nadie más hace nada para detener el daño?. En Otuzco, los castigos de una ronda causaron la muerte de una mujer acusada de bruja. Las rondas exigen ahora al fiscal investigar y ejercer justicia en los casos que definen como hechizos del más allá.Ver y crecer

?Le voy a contar algo y tal vez usted no me crea?, me dice Elías Pizán Briceño, dirigente de las rondas campesinas de Huamachuco, en La Libertad. Nadie se lo contó. Él lo vio: allí estaban, enterradas en una fosa, las prendas de los finaditos pinchadas con cientos de alfileres, un zapato, vendas podridas y muchas espinas. Esa mañana de abril del año pasado Elías Pizán recibió una llamada de los campesinos del poblado de Cochorco: habían detenido a una pareja de brujos acusados de asesinar a más de una decena de personas. Elías Pizán acudió a la intervención y cuenta que durante el interrogatorio los brujos confesaron que les habían pagado para causar esas muertes. En la casa de los acusados, la ronda encontró sobre una mesa ceras negras, más prendas de los fallecidos, muñecos y fotografías pinchadas. ?Los brujos confesaron y ellos mismos desenterraron...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR