La risa de la hiena.

CargoOposici

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Derrotar al fujimorismo no fue fácil. Se trata de una extraña fuerza política que aún conserva su arrastre en la población peruana, tanto en los sectores más pobres como en los más acaudalados. El enfrentamiento era contra toda una familia: la candidata a la presidencia, el hermano de la candidata, el padre y el tío. Pero detrás de esa familia se encuentra una derecha que se resiste a perder el poder, que considera que la opción autoritaria es la que le corresponde a nuestra sociedad, y que se articula entre los sectores empresariales, mediáticos, religiosos y culturales. Tampoco será fácil librarse de ellos. Su fuerza está intacta: desde que Ollanta Humala llegó al poder no han dejado de hurgar en su entorno con la finalidad de desprestigiarlo: Alexis Humala, Aída García Naranjo, Ricardo Soberón, Ornar Chehade son los casos más visibles. Todos ellos han dado motivos, es cierto, pero no todos tienen el mismo significado y menos aún las mismas consecuencias. Sin embargo, es notorio que la oposición, que es mucha, casi toda, pretende que el gobierno de Humala no sea exitoso, que no triunfe, que se atasque en el fango. La esposa del presidente tampoco ha escapado al acoso: desde la frívola aproximación sobre cómo se viste o combina los colores se pasó a lo estrictamente político: si es que se mete o no en los asuntos de Estado o si es que domina a su esposo y se convierte en nuestra próxima Cristina Fernández, ya que Nadine Heredia supera a su marido en las encuestas.

Lo que debe quedar bien claro es que el fujimorismo no debe regresar. Y que esa derecha, que ahora disputa su presencia en los terrenos más ideológicos, por darle un nombre a la arremetida católica fundamentalista, se encuentra en lo estrictamente económico y político más cercana a la negociación con Ollanta Humala o, como afirman diversos analistas, tratando de captarlo, de ganárselo para su causa, de domesticarlo. Si como candidato le ponían la agenda sobre la futura mesa de gobierno, ahora intentan que sea el segundo Alan García, un hombre que represente los intereses de los grandes inversionistas y que no se mueva un ápice del modelo neoliberal.

EL COMANDANTE

Ollanta Humala es un político de nuevo cuño o de reciente data, aunque esté metido en política desde el levantamiento de Locumba y haya sido candidato a la presidencia en el año 2006. Su personalidad y su formación son básicamente militares. No tiene una gran educación humanista ni ha frecuentado de...

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