Un riachuelo se ha convertido en la playa de Huaycán

Por Luis García Bendezú

Hasta hace un tiempo este lugar era conocido como el ?Lavadero de Huaycán?. Sin embargo, este verano algunos pobladores lo han bautizado como el ?Asia de los pobres?. Ubicado en la margen izquierda del río Rímac, a la altura del kilómetro 16,4 de la Carretera Central, este ?balneario? fluvial es visitado por decenas de familias todos los días. Aunque la mayoría acude para lavar su ropa, cada vez son más los que aprovechan para zambullirse y escapar del furioso sol.

El riachuelo en el que se bañan fluye paralelo al torrentoso Rímac. No obstante, son pocos los que saben de dónde provienen sus aguas. Según Julia Solórzano, antigua vecina y propietaria del predio más cercano, el riachuelo nace en un manantial subterráneo de Huaycán. En cambio, los trabajadores de una de las plantas de tratamiento de Sedapal aseguran que el agua es de sus pozos.

El año pasado Solórzano y su esposo instalaron una tranquera en el camino que da acceso al río y que pasa por su propiedad. Ahí cobran S/.0,50 por el ingreso peatonal y S/.3 a cada vehículo. ?Cobramos porque el camino no es público, lo hicimos en parte de nuestra chacra. Antes las personas entraban y arruinaban nuestros cultivos?, explica Rómulo García, marido de Solórzano.

La tarifa por usar el camino que conduce al río no es tan rígida. García dice que le basta con observar a los visitantes para establecer un precio acorde a sus bolsillos. ?Los ancianos y los niños no pagan?, agrega. Según esta familia, los domingos unas cien personas usan su camino para llegar al río.

Los visitantes, casi todos vecinos de Huaycán, llegan en mototaxis e instalan sus sombrillas entre las piedras. Aquellos que no llevan su propia comida pueden comprarla en las carretillas que atienden cuatro mujeres.

?Lo que más se vende son los combinados de tallarín, cebiche y chanfainita?, dice María Venegas, una de las vendedoras. Los platos cuestan entre S/.3 y S/.4, según la porción.

Aunque las aguas del riachuelo cercano al Rímac parecen limpias y los niños se divierten sumergiéndose, el espacio está lleno de bolsas de detergente y restos de comida. A pocos metros, dos tuberías de desagüe vierten sus fluidos sobre el lecho del río.

Allá...

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