De rey a ?mendigo?

La abdicación al trono español del rey Juan Carlos, ya se sabe, no ha sido la única que ha sacudido Europa en los últimos tiempos. La reina Beatriz de Holanda lo hizo en abril del 2013 y el rey Alberto II de Bélgica siguió sus pasos en julio de aquel año. Si bien se retiró a sus cuarteles de invierno, específicamente al castillo de Belvedere (al norte de Bruselas), el veterano monarca no ha estado quieto ni mudo, lo cual mantiene en vilo a su hijo Felipe, quien ostenta la corona desde que su padre se la cediera.El primer sobresalto para la familia real lo dio en noviembre del año pasado cuando el diario ?Le Soir? reveló, según fuentes muy fiables, el profundo descontento y amargura de Alberto II porque su asignación mensual de 105.000 dólares no le alcanzaba.En comparación con lo que ganaba antes de abdicar (US$1?300.000 al mes), el antiguo monarca sentía que no estaba recibiendo un trato acorde a su condición. Pero Alberto II se topó con una pared, la que levantó el primer ministro belga, Elio di Rupo: ?No cambiaremos ni una coma?, en referencia a la norma aprobada para reducir los gastos de la casa real y obligar a sus miembros a pagar impuestos.Así que el rey continuó deprimido por los problemas que padecía para cubrir gastos como el carburante del yate para sus paseos y el mantenimiento de su residencia.Este...

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