Revolución a medias

Por Jorge Restrepo. Columnista del diario "El Tiempo", Colombia

Detrás de la parafernalia retórica del discurso del presidente Obama se adivinó la pericia de expertos en pirotécnica a la vez verbal e ideológica. Fue el mensaje aún vigente de la ilustración, en el que hubo tanto sectarismo como tolerancia, eficaz todavía. Es frecuente el recurso a ella en bocas de mediocre cacique criollo o en otras de verdad influyentes, pero siempre representando la promesa democrática liberal, cuya realización, casi que exánime la socialista, debe someterse a la medida entre realidad e idea, entre dicho y hecho.

Dependiendo de su calidad ese discurso siempre abre espacio y provoca emoción porque corresponde a expectativas reales y a la función del lenguaje en la socialización.

Ya es bastante sorprendente el contraste entre el presidente y un país donde sus ascendientes fueron esclavizados y hasta hace poco segregados, tanto como entre su discurso y la realidad de su país y mundial. EE.UU. es primordial para apreciar un progreso innegable, al menos en lo formal y sobre todo en lo material, como sitio inaugural de la revolución institucional liberal, incluso antes de la francesa. Fue el puerto de desembarco de los puritanos que huían de la intolerancia teocrática e implantaron en el continente nuevo individualismo, libre empresa y examen y el ideal del bien común como resultado de la deliberación, todo a lo que había dado lugar la reforma en el parto de la modernidad. EE.UU. es sobre todo muestra de la evolución económica que acabó por imponerle el crudo mercantilismo...

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