Un revelador vistazo a la extrema rutina castrense

Por Natalia Molina valerCaminar en la selva a 30 grados de temperatura, cargando 20 kilos, sorteando ramas cubiertas de espinas y sintiendo las mordidas de los insectos es una actividad que puede no parecer atractiva para un civil.Construir un bohío (cabaña circular) con ramas bajo una lluvia torrencial en la oscuridad de la noche parece una extraña manera de ocupar el tiempo, pero puede ser una habilidad sumamente útil para un periodista. Es por ello que el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas organiza capacitaciones periódicas a la prensa, en las que a las tareas arriba mencionadas se suman otras igual de exigentes. En el segundo curso de corresponsales de defensa del año, realizado en Iquitos (Loreto), 22 periodistas de diferentes medios vivimos durante tres días la rutina castrense, con el fin de conocer de cerca el trabajo militar y prepararnos para comisiones que demandan esfuerzo físico y psicológico, y que pueden poner en riesgo la salud y la vida. Desde el momento en el que llegamos al Batallón de Ingeniería del Ejército, comprendimos que actividades aparentemente sencillas ?como tender una cama? se vuelven complejas cuando la...

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