Un retrato de Carlos Bernasconi.

AutorGargurevich, Juan
CargoEntrevista

Carlos Bernasconi es reconocido como uno de los artistas más importantes del Perú, con una vasta ejecutoria de creador y docente de las artes plásticas. Su biografía exhibe una extensa lista de exposiciones de diferentes expresiones artísticas como el grabado, el dibujo, la orfebrería, la escultura. Y también la escenografía teatral y la narrativa. Hace poco presentó una retrospectiva que cautivó al público y la crítica por la variedad y fuerza de su obra, y que no dejó de sorprender por la amplitud de técnicas y propuestas. Accedió a contamos de su vida, su obra, afectos, viajes y amistades y puntos de vista sobre el arte.

--Un artista difícil de clasificar ... Carlos Bernasconi, afable, siempre dispuesto a conversar, sonríe ante la pregunta que seguramente le formularon muchas veces. Se afianza en la silla, cruza los largos brazos y afirma con suave decisión:

--Artista plástico. Pero mi profesión es pasarla bien ... y eso significa trabajar en cualquiera de mis especialidades.

--Lo que pasa, maestro, es que cuando revisamos tu larga historia artística encontramos que unos te describen como ceramista, otros como escultor, por ahí de medallista, profesor, pintor, escenógrafo, narrador ... a lo mejor una descripción sería la de creador múltiple ...

--Es verdad, no es fácil definir qué es un artista, una vocación tan rara y difícil que se elige en algún momento de la vida, como yo, que desde los quince años quería ser eso, artista. ¿Y lo de plástico? Esto es tomar una materia y transformarla en obra de arte. ¿El arte perfecto? La música. Admiro a los compositores y a los directores que son capaces de poner de acuerdo a decenas de músicos de distintos instrumentos y lograr la maravilla de una sinfonía.

--Pero alguna preferencia tendrías cuando te decidiste.

--El dibujo, claro, que es la base de todo; para todo lo que yo hago de esa lista que me citaste, hace falta dibujar ... primero dibujas y luego pasas al barro, al lienzo.

En el gran taller de Bernasconi el sol irrumpe con violencia iluminando ese conjunto en apariencia desordenado, de mesas, bancos donde reposan esculturas de diverso tamaño, unas terminadas, otras incompletas o rotas. Caballos, figuras de metal, de fibra de vidrio, de cerámica, pequeñas, grandes. Herramientas de todo tipo, incluyendo un enorme y poderoso yunque ("¿cómo hicieron para subirlo hasta acá"?), un horno para quemar cerámica, pinturas. Hoy el artista está frente a un caballete donde reposa un bodegón clásico: "Solamente un ejercicio".

Carlos ha sobrepasado largamente los ochenta, pero el tiempo parece haberse detenido para él. Fotos antiguas lo muestran casi igual que ahora, salvo por la blancura del pelo.

--Siempre fui flaco y un poco más alto que los demás, por eso fui entusiasta basquetbolista, pero mi padre era más alto, medía dos metros ...

Recién amanece cuando Carlos inicia la caminata hacia su taller desde su casa del malecón enfrente del Faro hasta la calle Bellavista; compra su diario al paso y casi a las siete está ya emprendiendo o terminando alguna tarea. Solo abandonará su santuario cuando cae la tarde y escucha los trajines de abajo, en el "Teatro de Lucía", porque hay...

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