Resituando el debate sobre el Movadef.

AutorCaro C
CargoOTROS SENDEROS

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Días antes del allanamiento policial al local de Vórtice en el jirón Quilca (Cercado de Lima), realizamos una visita para reunir material sobre el Movimiento para la Amnistía y los Derechos Fundamentales (Movadef).

Sin diferir mucho de otros locales de aquella calle, el de Vórtice cuenta con una pequeña trastienda y es compartido con otro puesto que ofrece libros de todo género. La Revista Vórtice no era lo único que se ofrecía; había otros estantes repletos de literatura diversa de autores peruanos, libros de autoayuda e incluso el último libro de Mark Cox sobre Hildebrando Pérez Huarancca publicado por la editorial Pasacalle.

Aunque el surgimiento público del Movadef es reciente (2009), (1) llama la atención que Vórtice, revista de ciencia, política y arte, tenga ocho años de existencia y más de treinta números publicados. Vórtice no es el único medio de los seguidores de Abimael Guzmán: también están Amnistía General y Culturales 1. de Mayo. Existe además una buena cantidad de libros que pertenecen a editoriales con un catálogo de literatura, poesía y ensayos escritos por ex presos, presos y personas afines a Sendero Luminoso (SL). No se trata, pues, de una publicación aislada, reciente o improvisada. Detrás de esta revista uno encuentra una comunidad de lectores identificados con la consigna senderista que Osmán Morote sintetizó en un medio ayacuchano con las siguientes palabras: "Solución Política, Amnistía General y Reconciliación Nacional, por la libertad del Dr. Abimael Guzmán Reynoso, y la libertad para todos los presos políticos del país". (2)

En este breve artículo intentaremos reflexionar sobre el debate acerca del Movadef, pensando en el pasado, el presente y el futuro de nuestro vinculo con los resabios de una subversión derrotada y un discurso antisistema revestido de formas aparentemente inocuas. Este debate, de intensidad periódica, gira alrededor de la subsistencia de una comunidad de memoria filo senderista, con una evidente capacidad para reproducirse social y políticamente y elaborar un discurso justificatorio y legitimador.

El Estado y un sector de la sociedad civil denuncian su existencia, señalan que se trata de una amenazante presencia, y acusan a sus miembros y seguidores como potenciales enemigos del orden constitucional y de la convivencia social. Seguimos sin comprender la naturaleza del problema y sin vernos como una sociedad de posguerra, con las secuelas que ello conlleva.

UNA SOCIEDAD DE POSGUERRA

La Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) colocó en la conciencia nacional un documento que ha sido y es fuente fundamental para conocer los años de violencia subversiva y contrasubversiva. También ha sido y es un documento...

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