Resignificando la "piratería" de cara al TLC: hacia una cultura libre

AutorAndrea Naranjo

Hoy en día, en los conglomerados urbanos periféricos, las nuevas tecnologías actúan - por medio de centros de "pirateo" como las Galerías Wilson en Lima arriba mencionadas- sirven como vehículo liberador de conocimiento formando identidades que capitalizan estratégicamente los flujos de información para acceder y producir conocimiento, pues el costo de una copia "legal" excede la capacidad de gasto de nuestras economías. De Cara al TLC y a la inercia con la que se maneja el Capítulo de Propiedad Intelectual de dicho acuerdo en Perú, es necesario crear espacios de resistencia en defensa del derecho al acceso a la cultura que propongan nuevas legislaciones de acuerdo a los tiempo que vivimos.

El fenómeno llamado piratería adapta y convierte las transferencias de tecnologías en las economías periféricas - ante la imposibilidad de producirla- en medios para una reproducción/distribución local de cultura, que además capitaliza el conocimiento en economías informales de subsistencia.

Los pequeños monopolios del conocimiento protegidos por el Estado, llamados industrias culturales fueron la base de un pretendido y casi logrado para una parte del mundo, sistema democrático igualitario en la Era Industrial (1789-1945), teniendo la originaria intención de promover la educación, las artes y las ciencias en equilibrio con los mecanismos de incentivo para los creadores originales, mediante la compra del permiso de copia por parte del público.

En estos tiempos, la situación es muy diferente que en aquél entonces, pues en la actual Era Digital (1945- ) la aceleración de los procesos culturales en la producción, circulación y consumo de los mismos se ha polarizado, transfiriendo así la iniciativa y el control económico de la cultura "oficial" a anónimas y poderosas corporaciones privadas 1 convirtiendo a los creadores originales, en el nuevo ejército humano poseedores de una materia prima inacabable al servicio las trasnacionales culturales que manejan los monopolios del conocimiento.

Hoy en día podemos ver que los términos del derecho de autor se han ampliado incluso después de la muerte de éste, y las sanciones por las infracciones son mayores que nunca antes, pues la lista de "conocimiento" protegido incluye no solo obras culturales/funcionales, los descubrimientos en medicina que nos pueden salvar de una epidemia mundial, organismos vivos completos - como el caso de especies que sirven para la alimentación, como son los transgénicos, sino hasta nuestro propio código genético.

La actual acumulación y privatización del conocimiento, entonces, restringe la innovación y la productividad de los más pobres, condenándonos a ceder nuestros derechos de acceso a la educación, de crear y saber, limitándonos a consumos meramente estéticos por imitación y transferencia tecnológica, pues las grandes transnacionales de la cultura crean condiciones para que circulemos entre diversas escalas de la reproducción y el consumo cultural debido a carencias económicas de los potenciales consumidores.

Teniendo el panorama así descrito, el desarrollo de las tecnologías de información y comunicación reformulan la originaria concepción de las actuales industrias culturales logrando con ello que en algunos niveles de la sociedad los productos resultantes se hibriden positivamente, siendo los habitantes de la periferia cultural, partícipes de las creaciones realizadas en otras partes del mundo.

¿Piratería? No. Sólo compartiendo capital 2

El concepto de piratería usado en el siglo XVI fue forjado por poderosas empresas privadas que buscaban en el Estado protección para legitimar y monopolizar sus negocios, naciendo así en Inglaterra, la distinción legal entre corsario y pirata. El primer término reconocía a los que saqueaban patrocinados o...

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