Cómo renunciar con clase

Por Presidente de LHH DBM Perú y ChileLea mañana en Economía a Gustavo YamadaEl Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta. Son muchas las razones por las que quisiéramos ?o debiéramos? irnos de una organización en un momento dado: puede que no estemos contentos, que hayamos perdido la pasión o el interés, que nos hayan hecho una mejor oferta, que estemos en un punto muerto en nuestro desarrollo profesional. También puede que seamos conscientes de que no están contentos con nuestro trabajo o que nos perdieron la fe. Por la razón que sea, toda renuncia debe ser manejada con extremo profesionalismo. El cómo nos manejamos y trabajamos durante los últimos días en una organización impacta mucho más en nuestra imagen, reputación y marca personal que incluso en todos los años anteriores que contribuimos con lealtad en dicha organización o empresa. En otras palabras, nuestra reputación profesional estará teñida por el recuerdo, bueno o malo, de la manera en la que nos comportemos al dejar una organización. Así, renunciar con clase y salir por la puerta grande es clave, independientemente de las razones que nos llevaron a tomar la decisión de salir. Algunas ideas adicionales sobre el tema: Comunicar lo antes posible: mientras más tiempo se dé por delante la noticia de la renuncia, mejor. Eso muestra respeto y compromiso con el encargo recibido y el equipo con el que se trabaja. También lo es mantener nuestra intención reservada hasta hablar con el jefe directo. Esa comunicación debe ser idealmente cara a cara con quien nos confió una responsabilidad. Es un error grave renunciar por carta y peor aun, irse sin agradecer por la oportunidad y la...

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