Una reliquia bárbara

UNA RELIQUIA BÁRBARA

La imposición de topes a las tasas de interés es una práctica dañina, que suena bien a primera vista y es atractiva para los populistas, pero que termina haciéndole daño a quienes ellos dicen defender: los más pobres y las pequeñas empresas.

En Colombia el tope máximo a la tasa de interés se denomina “tasa de usura”. La determina periódicamente la Superintendencia Financiera como la tasa de interés promedio del mercado multiplicada por 1,5. Sus defensores justifican esta medida como un mecanismo para proteger a los deudores e impedir que los bancos obtengan ganancias excesivas a costa de sus clientes más débiles.

Numerosos estudios muestran que, en la práctica, los topes a las tasas de interés producen resultados contrarios a los que anuncian sus promotores. Dichos topes impiden que los intermediarios financieros les presenten a los más débiles y a las empresas más pequeñas. Esto ocurre porque los costos de los créditos a estos agentes son elevados, usualmente superiores a las tasas máximas permitidas por las autoridades. Si los bancos no pueden cobrar tasas que cubran sus costos, se concentran en atender a las empresas y clientes mayores, con menores riesgos.

¿Por qué son más altos los costos de los créditos a los más débiles? (i) Porque los costos fijos de crear y mantener un crédito son semejantes para los pequeños y grandes préstamos, (ii) los costos variables de operación, manejo y cobro son relativamente más elevados para los créditos pequeños y dispersos; (iii) muchos créditos a pequeñas empresas son más riesgosos y de difícil recaudo.

Se observa en nuestro medio que, al impedirles recibir servicios de los bancos, los más pobres y las pequeñas empresas no tienen más remedio que acudir al mercado extra bancario, donde caen en manos de verdaderos usureros y varias formas delincuenciales de crédito. De esta forma, acaban pagando tasas extravagantes de hasta el 3% o el 4% por día, sin protección alguna del Estado y sujetos de mecanismos violentos de cobro.

Las tasas de usura, por lo tanto, acaban incentivando el agio y las redes de préstamos criminales.

En lugar de los topes a las tasas de interés, para hacer que el crédito llegue a los más pobres, los gobiernos pueden optar por medidas alternativas, justificada por los principios económicos y las buenas experiencias internacionales. Deben alentar...

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