Reivindicar los otros cuerpos

Por JUAN CARLOS FANGACIO

Todavía hay quienes se ofenden con la frase ?Perú, país de violadores?. Dicen que es una generalización injusta. O, por lo menos, innecesaria. Pero cualquier discusión en torno a expresiones del lenguaje como esta queda corta frente a la crudeza de la realidad: 55 feminicidios en lo que va del año, un promedio de 70 denuncias por violación al día, y ni qué decir de los casos silenciados, de aquellos jamás expuestos a la luz pública.Es por eso que el título del libro de Miguel A. López apuesta por la contundencia provocadora: se llama ?Ficciones disidentes en la tierra de la misoginia? y reúne una serie de ensayos escritos por el autor en torno al arte contemporáneo más combativo frente a una cultura históricamente patriarcal, misógina y homofóbica como la peruana. ?Elegí la expresión ?tierra de la misoginia? y no la de ?país de?? para ir más allá de la identidad nacional y señalar una agresión que existe de manera planetaria. Hablar de ese territorio que compartimos, del contexto, el escenario, la geografía. Reconocer el lugar en el que vivimos es el primer paso para saber cómo responder ante él?, explica López, quien es escritor, investigador y curador, y radica desde hace algunos años en Costa Rica.Como fiel reflejo de su contexto social, los discursos sobre el arte peruano han estado dominados por el cuerpo masculino, blanco y heterosexual. Pero eso no quiere decir que, al menos desde las sombras, como suele referir López, no hayan existido expresiones que han intentado desbaratar esa predominancia. ?Hasta hace más dos décadas atrás, en medio de la violencia, no existían las condiciones para desarrollar una disciplina de la historia del arte propiamente dicha en el Perú ?explica el autor?. Y aunque la discusión sobre el tema de clase siempre ha estado presente en los debates sociales, ahora es ineludible discutir la historia de nuestra cultura en función a otros vectores que la atraviesan, como la sexualidad o el género. Hoy se está dando una reorganización de las prioridades; y una serie de conceptos, que se habían considerado poco relevantes, ahora se vuelven absolutamente cruciales para entender las estructuras de violencia que vivimos?.?Historia no oficial?López admite que, en su proceso de formación como curador, casi toda la bibliografía que leyó estuvo escrita por hombres. Él mismo reconoce cierto conflicto interior al ser quien teorice en este libro sobre temas como estos. ?Yo, por ejemplo, trato de ser...

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