Refugiados, una bomba de tiempo

Por SolangeMárquez

Sin comida, sin refugio y bajo temperaturas congelantes, cientos de refugiados languidecen en los bosques que componen la frontera entre Bielorrusia y Polonia. El frío se ha cobrado la vida de varios, mientras el resto permanece atrapado a las puertas de la Unión Europea (UE) por una maniobra política que el líder bielorruso, Alexander Lukashenko, sigue ejecutando como parte de su ?vendetta? contra Bruselas.Pequeñas fogatas se encienden en los improvisados campamentos para tratar de calentar un poco y evitar que los más pequeños enfermen. Familias enteras que intentan tocar suelo europeo esperan con impaciencia la oportunidad para escapar del ojo vigilante de las autoridades polacas. Pero con más de 200.000 policías vigilando, las posibilidades son bastante remotas.Mientras tanto, los migrantes, en su mayoría provenientes de Oriente Medio, intentan desde hace semanas mantenerse con vida para ser capaces de ingresar (o reingresar) a Polonia a fin de solicitar asilo. Lukashenko los ha llevado en avión hasta Bielorrusia prometiéndoles el ingreso a la UE para luego trasladarlos y abandonarlos en la frontera.Los países de la UE siguen culpándose unos a otros. Ninguno parece capaz de asumir sus responsabilidades. Sin acuerdo para lograr un plan claro para lidiar con los solicitantes de asilo, la única vía parece ser seguir empujando a los refugiados a terceros países no europeos. La respuesta desde Bruselas...

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